La luz de Sorolla, en el Niemeyer

El afamado empresario y amante del arte dejó a su fallecimiento, en 1993, una importante colección, ya iniciada por su padre Pedro Masaveu y Masaveu bajo el consejo experto y crítico de Lafuente Ferrari. Pero fue él quien logró «con sensibilidad y entusiasmo» convertir la representación de Sorolla en el conjunto «indispensable» que es hoy, «para el estudio y conocimiento de la trayectoria del maestro valenciano», como se advierte en la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, encargada en la actualidad de la custodia y gestión del que está considerado uno de los fondos de arte privado más importantes de España.

Parte de aquellas obras -que se unieron a varios cientos más de todas las épocas históricas- cuelgan hoy de las paredes del Museo de Bellas Artes de Asturias, ya que fueron aportadas al patrimonio público en pago por dación de impuestos tras la muerte del coleccionista. Ahora esas pinturas también se unirán a la exposición del Niemeyer, que contará con la bisnieta del pintor Blanca Pons Sorolla como comisaria. Desde el palacio de Velarde viajarán 12 telas. Y desde la sede de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, 46. La reunión se convertirá en un acontecimiento de trascedencia nacional, solo superado por la exposición que se celebró en el Museo del Prado en 2009, contando también en aquella ocasión con pinturas esenciales de la Colección Masaveu.

Las que se colgarán en el Niemeyer podrán ser contempladas durante seis meses, desde junio hasta diciembre, en una fecha aún por determinar, como fruto de un convenio firmado entre el presidente de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, Fernando Masaveu, y el máximo responsable del Niemeyer, el viceconsejero de Cultura, Vicente Domínguez.