El Principado compra la Fortuna Balnearia, que se depositará en un espacio museístico de Gijón

El pasado mes de febrero se retomaron las negociaciones, y según confirmó esta mañana la propiedad, el acuerdo es firme. Tanto Castillo como fuentes de Cultura aclaraban ayer al diario EL COMERCIO que la compra aún no está cerrada, a falta de algunos trámites burocráticos, pero sí la cifra de venta y su destino. El Principado pagará en total 42.000 euros, los 35.000 acordados más otros 7.000 euros del 20% de comisión de la casa de Subastas Segre de Madrid, donde está depositada y pendiente de la firma para su traslado.

El altar romano lleva más de 20 años fuera de Asturias y desde que se retiró de la subasta permanece custodiado en la casa de subastas madrileña. Está recogido en el documento de compra-venta, según pudo confirmar este periódico, que su destino final debe ser Asturias, y más en concreto Gijón. «Yo siempre quise que fuese así, aunque eso suponga menos dinero», explicaba Manuel del Castillo, actual propietario, en representación de su familia. «Lamento, y tengo que decirlo, que ningún partido, salvo el socialista a través del Gobierno de Asturias, se haya interesado por la pieza, la más valiosa del mundo romano en Gijón, cuando en sus programas electorales todos hablan de la importancia de conservar el patrimonio», lamentó. En cualquier caso, es para él una satisfacción que, finalmente, esta pieza se quede en la región.

El ara estuvo diecinueve siglos bajo tierra hasta que fue descubierta en 1820 en el barrio de La Mortera, al lado del poblado de Santa Bárbara, vinculada a unos vestigios constructivos, posiblemente de unos baños romanos. La lápida fue trasladada a Gijón y colocada en el portal de la casa número 15, en la calle Corrida, donde la identificó Miguel Vigil en 1857, y en 1927 pasó a la terraza de la casa de la familia Castillo, en la misma calle: fue el bisabuelo del actual propietario quien siempre se preocupó de ella. La lápida es un bloque paralelepípedo de arenisca en la que se distribuye un texto repartido en siete líneas, enmarcadas la superior por una cenefa moldurada y dos rosetones. En la parte inferior, bajo la cenefa igualmente moldurada, se representa un adorno geométrico de semicírculos concéntricos. Tanto la parte inferior como la superior de la pieza se encuentran deterioradas, pero su valor histórico es más que demostrable.

El texto cuenta con un trazado regular y letra bien definida, lo que apunta una cronología aproximada de época flavia. La traducción de la inscripción es la siguiente: «T(itus) Pompeius Peregrinianus a (la diosa) Fortuna de los baños, para su salud y la de los suyos». Se trata de una pieza arqueológica única y de enorme valor histórico que hasta tiene una calle con su nombre en Gijón. La última vez que los gijoneses tuvieron ocasión de contemplar esta joya histórica fue en 1995, en el marco de la exposición 'Astures', en el Centro de Cultura Antiguo Instituto. Ahora, tras acabar en buen puerto la larga travesía de su adquisición, Asturias podrá mantener su propiedad y volver a mostrarla.