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Annette Haeberling, en la inauguración de una de sus exposiciones. e. c.
La música y el arte se quedan sin la sensibilidad de Annette Haeberling

La música y el arte se quedan sin la sensibilidad de Annette Haeberling

La artista y terapeuta de origen suizo, esposa del director titular de Oviedo Filarmonía, Lucas Macías, fallece al no poder superar la enfermedad que padecía desde hace varios años

Miguel Rojo

Gijón

Martes, 17 de mayo 2022, 14:22

La terapeuta y artista multidisciplinar Annette Haeberling, esposa del director titular de Oviedo Filarmonía, Lucas Macías, acaba de fallecer tras sostener en los últimos años una serena lucha contra la enfermedad que padecía. Nacida en 1979 en Lausana (Suiza), hija de músicos, siempre se caracterizó por su extrema sensibilidad. Tanto desde el arte como a través de la aromaterapia y otras disciplinas terapéuticas, su objetivo siempre fue el de encontrar el equilibrio personal con la naturaleza que la vio crecer, entre bellos paisajes de montaña. Tras estudiar Música, primero, y Bellas Artes en Ginebra, pasó ocho años en Holanda, donde descubrió la disciplina japonesa del shiatsu, que busca sanar cuerpo y espíritu por medio del tacto, y orientó su sensibilidad hacia la curación de los demás. Se instaló con su familia en Barcelona, donde puso en marcha distintos proyectos empresariales que compatibilizaba con su actividad artística. Madre de dos hijos, Emil y Matís, Annette aseguraba que la enfermedad le había enseñado «a dejar atrás todo lo que no me es útil, a recibir apoyo y amor de los demás y a confiar en mí misma, pero sobre todo a estarle profundamente agradecida a la vida», escribió.

El patronato de la Fundación Musical Ciudad de Oviedo y la orquesta Oviedo Filarmonía lamentaban esta mañana, «con un profundo dolor», el fallecimiento de Haeberling. «Quienes componemos Oviedo Filarmonía, músicos y equipo técnico; así como los miembros del Patronato de la Fundación Musical enviamos a nuestro director y a toda la familia Macías-Haeberling un hondo abrazo con todo nuestro cariño y afecto, así como nuestro pésame en estos dificilísimos momentos. Descanse en paz, y que la música sea bálsamo para el espíritu», le deseaban. Seguró que lo será, porque Annete Haeberling, que indagaba en su trabajo artístico en la relación entre la naturaleza y el ser humano, colaboraba habitualmente con su marido, uniendo arte plástico y música en sus intervenciones. Su amor por la vida y su optimista mirada calarán para siempre en los corazones de quienes la conocieron.

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