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M. F. ANTUÑA
GIJÓN.
Miércoles, 13 de octubre 2021, 03:02
'Melquíades Álvarez. Retratos y otras figuras en el espacio' es el título de la muestra que el próximo domingo abre sus puertas en el Museo Evaristo Valle de Gijón. Medio centenar de obras, en su mayoría acrílicos, pero también óleos y dibujos de diferentes ... formatos, se instalarán en las paredes del espacio de Somió para dar cuenta de lo creado en los últimos tres años, en los que el retrato ha encontrado su lugar en la búsqueda incesante de nuevas maneras de hacer.
Sostiene Melquíades Álvarez (Gijón, 1956) que no gusta de repetirse, que no encuentra comodidad en acomodarse, que prefiere la tensión. Y de ahí el gusto por adentrarse en un nuevo camino, el del retrato: «No sé muy bien por qué, era algo que estaba ahí pendiente. Ya estaba el tema maduro y era el momento de abordarlo», señala este creador que no quiere complacerse en lugares comunes. «Siempre estuve un poco en guardia frente a esa mecanización inevitable en la que nos podemos meter los que tenemos una habilidad aprendida. Necesito la emoción de empezar cosas que me pongan a prueba, que me permitan venir al taller ilusionado».
Pero no niega que es un territorio complejo el del retrato. «Es bastante difícil, a lo mejor lo pospuse por eso, pero siempre me gustó todo lo que encierra un rostro humano», introduce. Luego añade que la mayoría de sus obras son de gente cercana, a la que conoce bien. «Los retratos encierran una complejidad anímica y formal grande, no es una instantánea, es una suma de momentos, esa es la gracia y el reto, meter en una imagen fija una complejidad de expresiones».
Es observador Melquíades Álvarez, que mira y remira y luego depura para llevar a la obra de arte lo visto y sentido. «A veces me apoyo en algunos dibujos previos o fotografías, pero los encuentros en directo, la observación, el estar charlando media hora, es lo fundamental, es lo que se fija en la memoria». Hay una esclavitud mayor en este género: «Debe ser tenso, vivo, complejo y tiene que ser la persona reconocida», concluye.
Son tres los autorretratos en distintos momentos y actitudes, hasta durmiendo, que se mostrarán. Dice el artista que observarse a uno mismo es lo más sencillo: «Al final, es lo que tienes más a mano».
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