Arriba, 'Círculos concéntricos', Nueva York, 1952. Colecciones Fundación Mapfre
Exposición fotográfica

Louis Stettner y su poética visual llegan a Gijón

El fotógrafo estadounidense desembarca en marzo en el CCAI de mano de la Fundación Mapfre con toda la belleza de su obra

M. F. Antuña

Gijón

Domingo, 2 de febrero 2025, 01:00

Dicen que su obra se mueve entre la fotografía de calle neoyorquina y la fotografía humanista francesa. En Nueva York nació en 1922 Louis Stettner y en París murió en 2016 este artista cuyo trabajo llegará en marzo a la sala grande del Centro de ... Cultura Antiguo Instituto de la mano de la Fundación Mapfre. Es la suya una poética muy particular, es la obra de quien dispara sabiendo que en cierta forma no solo está descubriendo el mundo, sino también escribiéndolo. Era un fotógrafo escritor, era un eterno admirador de la poesía de Walt Whitman y algo hay de esa manera de mirar del poeta estadounidense en toda su obra. «Hizo suya la fe del poeta estadounidense en sus semejantes y su confianza en el triunfo del espíritu humano, una convicción que le llevó siempre a las calles». En ellas buscó y halló la belleza de lo cotidiano.

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La Fundación Mapfre, que tiene en las colecciones fotográficas uno de sus puntos fuertes, ya llevó su obra el pasado año a Barcelona y ahora la acerca a Gijón, destino cada año de la peripecia y el arte de esos grandes fotógrafos que conserva y difunde.

Después de conocer a inmensos creadores como Paolo Gasparini, Lee Friedlander, Eamon Doyle o Stephen Shore, ahora es el turno de Stettner, un personaje complejo que pasó por diferentes etapas vitales, que quedaron reflejadas en una obra que derrocha compromiso social.

De EE UU, del Nueva York pre guerra mundial, donde comenzó su carrera, y al París de la postguerra, a la Europa que habitó, a los pescadores españoles que retrató cuando el siglo XX caminaba inexorablemente hacia su segunda mitad, a los trabajadores retratados en los setenta en las fábricas de EE UU, Francia, Inglaterra y la Unión Soviética, de aquí de nuevo al Nueva York de la postguerra y la generación 'beat', al barrio de Bowery, al color de la capital del mundo con el milenio estrenado y de allí a Los Alpiles, en la Provenza francesa, ya en sus últimos años de vida. Así transcurre el viaje artístico que narra esta muestra. Con noventa años, seguía asido a su cámara y disparaba a la naturaleza. Disparaba quizá a las 'Hojas de hierba' que tanto le inspiraron. Empezó a leer a Whitman con doce o trece años y con él en mente compuso su particular oda visual al ser humano.

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