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Berta Piñán, ayer, durante su comparecencia en la Junta, entre la secretaria general técnica de la Consejería de Cultura, Política Llingüística y Turismo Andrea Suárez, y el director general de Cultura y Patrimonio, Pablo León Gasalla. MARIO ROJAS
«El inventario de la Fundación Selgas dice qué es y qué no es dotacional, pero nada se acredita»

«El inventario de la Fundación Selgas dice qué es y qué no es dotacional, pero nada se acredita»

Berta Piñán explica en la Junta General que la entidad no considera que el Goya vendido y el Greco cuya venta se paró sean patrimonio de la Quinta de El Pito

M. F. ANTUÑA

GIJÓN.

Sábado, 25 de septiembre 2021, 01:14

Después de mucho insistir y reclamar, la respuesta recibida no contenta en la Consejería de Cultura. La Fundación Selgas-Falgalde remitió por fin el jueves el solicitado inventario o catálogo de bienes artísticos que atesora reiterando lo ya dicho verbalmente, que el Greco que se intentó vender fuera de España y el Goya que se vendió al Museo del Prado no forman parte de la dotación fundacional de la entidad, pero sin ningún documento que lo atestigüe. Así lo explicó ayer la consejera de Cultura, Berta Piñán, en una comparecencia en la Junta General, a petición propia, en la que informó al detalle de las gestiones realizadas para tratar de desentrañar una madeja que la tiene a ella metida entre sus hilos, con peticiones de dimisión por parte de la oposición incluidas, puesto que su voto delegado dio el visto bueno para que el 'Aníbal vencedor' pudiera ser comprado por los Amigos del Museo del Prado.

El caso es que en su relato de peticiones a la Fundación Selgas-Fagalde a lo largo de los últimos meses tiene ya algunas respuestas por insatisfactorias que sean: «En realidad dice sin más lo que ellos consideran qué es y qué no es, pero no se nos envían los documentos que lo acrediten», afirmó Piñán. Ese qué es y qué no se refiere al patrimonio de la Quinta de El Pito, en Cudillero, lo cual tampoco aclara por completo las cosas. Porque, a preguntas de la oposición, la propia Piñán reconoció: «Yo también me pregunto por qué si no es patrimonio dotacional se pasa por el patronato su venta, queremos llegar al fondo de todo esto, es una situación un tanto extravagante».

Y en qué pertenece y qué no a la Fundación parece estar el quid de la cuestión para saber si el Goya se vendió de forma irregular e incumpliendo los estatutos de la entidad. Precisamente la Fundación ha remitido un documento con el que quiere jugar su juego, aunque ni desde el Gobierno asturiano ni desde los grupos de oposición ven con claridad que sea una carta ganadora. Y es que explican que el 'Aníbal vencedor', la primera pintura catalogada de Goya, llegó a la Fundación en 1992, un año después de su constitución. Así consta en la escritura de compra venta a Amigos del Prado recibida el pasado jueves en Oviedo: «Fue adquirido por la Fundación el 22 de junio de 1992 en virtud de la herencia de doña Manuela Fagalde», relató Piñán en sede parlamentaria.

Podemos puso el foco en Cudillero, la Iglesia y la Universidad, ya que Piñan es «el único patrono público que da la cara»

La consejera explicó a los diputados que el proceso para armar el puzle «no está siendo sencillo» pero considera que no es factible tomar algún tipo de acción legal en este momento, hasta no disponer de todos los datos. «No les quepa duda de que, en el caso de se comprueben ilegalidades, se van a estudiar las acciones oportunas», dijo Piñán, que recordó que el Principado ya está trabajando de forma paralela en otras actuaciones, empezando por la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC) de una colección que el presidente de la Fundación no considera como tal ni cree que tenga ninguna vinculación con Asturias, tal y como ha reiterado en repetidas ocasiones a Piñán. Además, de forma paralela, el ministro de Cultura, Miquel Iceta, con quien Piñán dijo estar en contacto, también trabaja para aclarar todo lo ocurrido. «El ministro ya explicó en dos ocasiones que se está analizando la situación y en caso de apreciar cualquier irregularidad va a acudir a la justicia». Además, se ha puesto en conocimiento del Protectorado de fundaciones la situación para que, si lo estima oportuno, pueda intervenir la entidad que gestiona el palacio de El Pito en Cudillero, con notables pinturas y esculturas en su interior y exterior y una soberbia colección de tapices.

Igualmente informó Piñán sobre datos de la Fundación, como que el valor de la dotación fundacional conforme a los estatutos asciende a 300.506,05 euros o que en los últimos años había una partida de unos 180.000 euros para pagar trabajos realizados por los patronos. Esto -aclaró Piñán- es perfectamente legal, aunque ha reclamado información para saber a qué fines se destinaron esas cantidades.

Lo cierto es la consejera tiene más preguntas que respuestas y por eso insistió en que el camino para saber qué ha pasado aquí es largo. Y tortuoso especialmente para ella, que tuvo que afrontar los continuos reproches de los grupos de oposición. Foro Asturias y Ciudadanos llegaron a pedir su dimisión. «Deje este cargo que no honra con su trabajo y váyase a lo suyo, asuma su desidia fatal hacia la cultura asturiana. Ha perdido la credibilidad del pueblo, dimita», afirmó el diputado de Foro Pedro Leal. Antes, la había emplazado a iniciar gestiones con el Prado para que el cuadro de Goya regrese a la Quinta de Cudillero. Desde Ciudadanos, Luis Armando Fernández Bartolomé citó al presidente Adrián Barbón, a quien llamó a tomar medidas después de lo ocurrido: «O dimite o hace que cese alguien».

Hubo también, con el PP incluido, alguna alusión a que la única preocupación de Piñán es la llingua asturiana. Y eso molestó a la escritora metida en política que aguanta con temple y paciencia todos los ataques. Pero este le dolió: «No vengo a actuar de víctima, sino de forma responsable y proactiva», dijo.

Suerte que Piñán encontró algo más de complicidad en Izquierda Unida y Podemos. Fue el diputado Ricardo Menéndez Salmón quien cayó en la «paradoja» de que siendo «la primera consejera que se preocupa» por una Fundación a la que nadie miró en los últimos treinta años tenga que ser quien lidie con una polémica infinita y difícil de aclarar. Por eso quizá quiso poner el foco en otros puntos: el Ayuntamiento de Cudillero, la Universidad y la Iglesia, también presentes en el patronato que permitió la venta del lienzo de Goya. «¿Por qué el alcalde no alertó de la operación de la venta?», se preguntó el escritor, que recordó que Piñán «es el único patrono público que ha dado la cara».

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