Guillermina Caicoya abre una exposición de Paco Fernández

Este asturiano, nacido en San Juan de la Arena en el año 1950, lleva tiempo exponiendo en esta galería que, de hecho, es la única de España con la que trabaja. Aunque ya son muchas las veces en las que sus creaciones se dejaron ver por su Asturias natal: en el Museo Barjola, en el Palacio de Revillagigedo, en el Evaristo Valle, en el Museo de Bellas Artes y en el Nicanor Piñole, entre una larga lista de reconocidas salas que vieron desfilar por allí algunos de los muchos trabajos que ha creado a lo largo de su trayectoria. La última, en 2015, fue en la propia galería Guillermina Caicoya.

En Berlín, encuentra su espacio en la galería alemana m-Bochum, desde el año 1993. Se trata de una de las salas «más importantes del mundo, en la que todavía expuso el año pasado», cuenta la galerista. Con dicha sala, acudió a la feria Art Basel (Suiza) en varias ocasiones, «la feria de arte por excelencia, la mejor del mundo», la califica Caicoya. «Allí estuvo al lado de artistas internacionales de primer nivel», añade. El suyo.

Esta vez, Fernández lleva a Oviedo, en 'Cartones y collages', una colección de obras integrada por tres cartones de gran formato, de más de un metro; una serie de cartones y collages más pequeños y unas pinturas marinas de dimensiones reducidas. «Siempre pinta paisajes y, principalmente, está muy vinculado al mar», detalla la galerista. Porque la luz, la transparencia, el aire y la espiritualidad son las claves de estas obras en las que reinan la armonía y el minimalismo.

Paco Fernández es uno de los artistas contemporáneos más comprometidos con su obra. Y, como él mismo dice, trabaja buscando el aire de las cosas. «Puede estar refiriéndose a su deseo de no violar nada, para permitir que todo fluya naturalmente», escribía Javier Barón, jefe de Conservación de Pintura del siglo XIX del Museo del Prado. «La obra de Paco Fernández ha seguido apareciendo en los últimos años sin ninguna pretensión de ser un reducto de individualidad. Y es quizá en esto donde reside la elegancia de su pintura, en su difícil sencillez», la definía el experto asturiano.

Fernández es un artista «poco dado a la visibilidad», como explican quienes lo conocen, porque él se entiende mejor con las obras que nacen en su taller de Gijón, donde vive. Muy cerca del apacible San Juan de la Arena que lo vio nacer, hace ya 71 años. El mismo que durante décadas lo ha visto llevar sus creaciones -y sus mares dentro de ellas- a las ferias y las galerías más importantes del mundo.