Arquitectura bella que palpita

Ana Rod inaugura este 7 de febrero en la Galería Llamazares de Gijón 'Reflejos de una vida quebrada', su primera exposición en Asturias: una colección en la que el volumen y el color juegan a estar vivos

Miguel Rojo

Gijón

Viernes, 7 de febrero 2025, 10:55

La sala de la Galería Llamazares de Gijón era ayer por la mañana un pequeño campo de batalla lleno de piezas de cerámica desmontadas, de distintos colores y texturas, cuadros apoyados en las paredes, escaleras que se apoyaban en las mismas y galeristas y artista deciciendo dónde y cómo se distribuyen por suelo y muros las piezas de 'Reflejos de una imagen quebrada', la nueva exposición que, desde hoy, acoge la sala de la gijonesa calle Instituto. La firma la autora gallega Ana Rod, en la que es su primera presencia en la región para mostrar su obra. ¿Cómo describirla?

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Desde luego, agradable a la vista desde que se ponen los ojos en ella; colorida, pero sin estridencias; compartimentada cada pieza, se convierte cada una en un todo; atractiva, en definitiva, pero vehículo a la vez para reflexionar sobre la naturaleza, sobre la vida, sobre nosotros mismos, pues sus formas son orgánicas, vegetales, animales, a veces hasta celular.

Nos cuentan desde la galería para presentarnos a la artista que les visita que destaca en conjugar lo agradable con lo bello, la abstracción con lo figurativo. Y lo consigue a través de la elección de la gama cromática, un poco pastel, en la que el luminoso blanco enmarcha una amable paleta de colores. Pero también mediante la construcción de las formas y la composición de cada pieza que, siendo atractiva a primera vista, es capaz de generar en el espectador un estimulante desconcierto, al alejarse según se analiza de la lógica para navegar por caminos más cercanos a un insinuante surrealismo. «Para deconstruir el lenguaje figurativo tal y como lo conocemos Ana Rod prima otros elementos como el color, el ritmo o la textura, sobreponiendo lo emocional y sensitivo en sus trabajos y dotándolos a la par de una exquisita técnica y calidad», resume la cartela con la que la Galería Llamazares presenta la exposición.

Ana Rod gusta de trabajar la cerámica, que sa alza imponente en torres que tienen más de ser vivo que de arquitectura, aunque también. En las paredes gusta de enmarcar sus formas matéricas y con volumen en transparencias de metacrilato, y aparecen en ocasiones estructuras de cobre y cemento con las que crea «un universo aparentemente dócil, amable, 'cute', muy atrayente y embriagador que esconde cierta rebeldía formal y muy pocos complejos». Desde hoy y hasta el 15 de marzo tendrán ocasión de comprobarlo.

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