'El elogio de la sombra' de David Magán llega a As Quintas

Son esculturas, pero son también instalaciones. Son pura luz. La propuesta artística que este verano llena de belleza la siempre interesante e inquieta sala de As Quintas en La Caridad llega desde Madrid de la mano del artista David Magán (Madrid, 1979), que impregnará de luces, sombras y color el espacio para el arte en el medio rural que dirige con mano diestra, buen gusto y magnífico criterio el escultor Herminio.

Es precisamente la relación que mantienen Herminio y Magán, que fueron compañeros de galería durante una década, la que ha hecho que este madrileño decida acercar su obra a este norte. Son todas estas esculturas de luz obras recientes, la más antigua es de 2020, y algunas han sido vistas ya mientras otras son inéditas y se pondrán por vez primera en Asturias ante la mirada pública.

El trabajo de David Magán se mueve en el universo de la escultura y la instalación, pero está su arte también imbricado con la pintura y la arquitectura. Gusta de armar creaciones inmersivas, de formular ambientes únicos y su obra ha ido evolucionando con el uso de diferentes materiales, como el vidrio y el metacrilato, para llegar al aquí y ahora, en los que las sombras se erigen protagonistas. El uso de luces led está muy presente en sus trabajos, que son en realidad investigaciones que juegan a entender tanto la luz como la oscuridad o la penumbra.

Juanjo Aguilar Orellana explica en el catálogo todo lo que se esconde tras esta reflexión ética y estética, que parte de 'El elogio de la sombra' que en 1933 escribió Junichirö Tanizaki, un ensayo que contrapone las preocupaciones estéticas orientales a las preferencias occidentales. Oriente elige la penumbra frente a lo reluciente. También Borges en su 'Elogio de la sombra' dejaba palabras para la reflexión: «Vivo entre formas luminosas y vagas que no son aún la tiniebla […] Esta penumbra es lenta y no duele; fluye por un manso declive y se parece a la eternidad», reproduce el autor del texto, que advierte lo siguiente: «En algunas de las formas monolíticas e impertérritas que se desdibujan en esta exposición, también hay algo de eternidad, de luz y de tiniebla».

Al final, todo conduce a esa búsqueda de la belleza, que en La Caridad alcanza una dimensión diferente, por las propias características de la sala. «Es un espacio muy curioso, que yo conozco bien porque tengo mucha amistad con Herminio, pero no es fácil, porque no es muy amplio, tiene sus dificultades, pero como nosotros diseñamos todo el espacio por ordenador hemos podido encajarlo», relata el artista.

En un espacio tan íntimo se ha hallado hueco para una pieza tan contundente como es 'Light object', que alcanza los casi dos metros y medio de alto y también para los dibujos de 'Dual figure', las obras inéditas, que se sirven de focos suspendidos en el suelo para poder iluminarlos y obrar el milagro del arte.

«Cada una de las piezas se define a través de la luz, genera sus propias sombras y determina una serie de relaciones internas que, al mismo tiempo, no pueden evitar mantener un diálogo con cualquier cuerpo que entre en ese ambiente. Hablamos de ambiente porque queda clara la intención de generar un espacio inmersivo partiendo de esa penumbra solo alterada por la tenue luz indirecta que emiten las luces de colores», señala el texto en el que presenta el trabajo de este creador formado en la Escuela de Arte de la Palma con una amplísima trayectoria nacional e internacional y cuyas obras forman parte de colecciones privadas y públicas, entre ellas el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid, el Centro de Arte Tomás y Valiente (CEART), la Fundación Centro Nacional del Vidrio (FCNV), el Murano Glass Museum y la Fundación de arte Kablanc Otazu.

Está David Magán contento de traer su obra a Asturias, a esta sala en un pequeño pueblo que Herminio ha convertido en referente y que en los últimos años ha presentado obra de creadores tan importantes como Martín Chirino, Pelayo Ortega y el gran Amador.

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