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IVÁN VILLAR
GIJÓN.
Miércoles, 10 de febrero 2021, 02:49
Liberbank y la Fundación Cajastur han rechazado entregar a la Consejería de Cultura, Política y Llingüística un inventario actualizado de los bienes que conforman la colección artística de la antigua Cajastur, alegando que la petición no viene respaldada por el inicio de un ... procedimiento formal para declararlas Bien de Interés Cultural (BIC) o incluirlas en el catálogo de Patrimonio Cultural de Asturias. Así lo aseguró ayer la consejera Berta Piñán, al tiempo que indicaba que para poder incluir la colección o parte de la misma bajo alguna de esas figuras es necesario saber antes de qué obras se está hablando. «Es la pescadilla que se muerde la cola», lamentó durante una intervención ante el Pleno de la Junta General en la que explicó que los servicios jurídicos de Cultura «están buscando una salida, una grieta por la que poder entrar para ver cómo podemos solucionarlo».
El Principado, por mandato del parlamento autonómico, ya reclamó un inventario similar en 2017. Pero «dado que no consta en el archivo de la actual Dirección General de Cultura y Patrimonio que la Fundación Bancaria Caja de Ahorros de Asturias contestara a esa petición de información», y a raíz del inicio del proceso de fusión entre Liberbank y Unicaja, se hizo una nueva solicitud tanto al banco como a la fundación bancaria. En concreto, según explicó Piñán, se les pidió un listado de las obras que forman parte de la colección así como los detalles sobre «su localización actual».
La intención es «valorar la posible inclusión de la colección» en alguno de los niveles de protección contemplados en la Ley de Patrimonio Cultural. «Recientemente ambas instituciones han respondido a nuestro requerimiento manifestando que estas peticiones tendrían que enmarcarse en un procedimiento administrativo de protección patrimonial», anunció la consejera, para añadir después que «solo podemos instruir una declaración de BIC o de inclusión en el inventario de Patrimonio Cultural si previamente tenemos en concreto qué es lo que queremos declarar BIC». En este sentido, recordó que el último catálogo de obras del que se dispone -publicado en 1996 por Francisco Crabiffosse- «es muy antiguo y por lo tanto no podemos tenerlo en consideración, además con los cambios producidos».
Tras anunciar que los servicios jurídicos han empezado a estudiar ya fórmulas para desbloquear esta situación y forzar la entrega del inventario sobre la colección artística, Piñán advirtió de que una declaración de BIC de todo o parte del catálogo «en ningún caso supondría una prohibición de la salida de las obras de Asturias», si bien cualquier traslado debería ser comunicado con antelación y en caso de ser definitivo se comunicaría a la comunidad autónoma de destino para la posible inclusión de la pieza en cuestión bajo alguna de las figuras de protección que estén recogidas en su normativa autonómica.
El diputado de Podemos Ricardo Menéndez Salmón, autor de la pregunta sobre los planes de la consejería para proteger esta colección, consideró «intolerables» las «largas que ha dado el banco desde 2017» para facilitar este inventario y reclamó «que se identifique de una vez por todas de qué hablamos cuando nos referimos a esta colección». Fuentes de la Fundación Cajastur y de Liberbank remarcaron que ambas entidades cumplen la normativa vigente.
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