Borrar
Grabados y un biombo expuestos en el Museo de Bellas Artes de Asturias. A. Piña / L. U.
El Bellas Artes de Asturias se rinde a la sofisticación japonesa

El Bellas Artes de Asturias se rinde a la sofisticación japonesa

Una exposición exhibe hasta el 12 de enero maravillosos ejemplos de las estampas, la pintura y las lacas que revelan la meticulosidad, el primor y la eleganciade sus formas de arte

M. F. Antuña

Gijón

Viernes, 8 de noviembre 2024, 10:59

Delicadeza, sofisticación, finura y primor desde la mesura. Iki es elegancia y buen gusto; wabi, vivir en lo auténtico con lo mínimo; bi, belleza y hermosura. Y de esos tres conceptos con ideograma propio nacen formas de arte y vida que conducen a oriente. 'Japón. Elogio de la elegancia –pintura, grabado y laca de los siglos XVIII al XIX' es el título de la exposición que desde ayer y hasta el 12 de enero puede visitarse en el edificio de la ampliación del Museo de Bellas Artes de Asturias, que de la mano del Museo de Zaragoza, que atesora una importante colección de arte del archipiélago nipón y con un par de obras propias del museo asturiano, compone un relato visualmente impecable que se mira con calma y se disfruta en la penumbra.

Los doctores en Historia del Arte Yayoi Kawamura, de la Universidad de Oviedo, y David Almazán, de la de Zaragoza, han comisariado una muestra en la que se presentan estampas, también pinturas y todo tipo de delicados objetos realizados en su mayoría en laca urushi durante el periodo Edo.

El viaje tiene cinco etapas diferentes. La primera se detiene en la belleza de la mujer y muestra los ukiyoe, estampas populares que llegaban a todas las clases sociales que se imprimían de forma magistral en el siglo XVIII. Un maestro dibujaba el diseño, otro se encargaba de tallar sobre madera de cerezo cada uno de los detalles y colores de la pieza y luego se estampaban uno a uno para que ese arte llegara a todos. Son auténticas preciosidades, como lo son también esas lacas delicadísimas fruto de un trabajo primoso con polvo de oro. Son sobre todo cajitas para guardar trozos de madera que habrían de convertirse en incienso con el que perfumar las casas, pero también en polveras y se inscribía en el universo femenino. Estos objetos ya no estaban al alcance de todos, sino que eran territorio exclusivo para las élites y clases pudientes.

La sofisticación masculina continúa con el relato, convertido igualmente en hermosos grabados, pero también en otros elementos como son el inro, cajitas de laca, cada una de ellas única, que los hombres cargaban de su cinturón, o las tsuba, que no eran otra cosa que el guardamano de la katana.

La naturaleza de Japón es la siguiente escala en esta mágica experiencia sensorial, que tiene lugar propio para la ceremonia del té. Queda solo un último bloque dedicado al estilo de pintura Rinpa, que es donde encuentran acomodo las dos xilografías de Léonard Foujita, el más internacional de los pintores japoneses, del que el Bellas Artes conserva cinco obras. Hay también un maravilloso biombo que sirve para mostrar una arte que, como se ocupó de explicar David Almazán, tuvo también su influencia en el europeo. En Darío de Regoyos sin ir más lejos advierte él la mirada del japonismo.

La muestra se complementará con la edición de un catálogo, una conferencia de Yayoi Kawamura el miércoles próximo y, al día siguiente, una suerte de perfomance demostración en el propio museo del maestro calígrafo Mitsuru Nagata.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcomercio El Bellas Artes de Asturias se rinde a la sofisticación japonesa