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'Vista de Gijón' (c. 1700).
¿Qué pinta un barco con bandera rusa en el Gijón de 1700?

¿Qué pinta un barco con bandera rusa en el Gijón de 1700?

El Cerro de Santa Catalina ·

El cuadro del noveno conde de Revillagigedo que acaba de llegar al Bellas Artes esconde muchos enigmas que ahora los expertos se han propuesto descifrar

Sábado, 25 de febrero 2023, 22:20

Al conservador de Arte Antiguo del Museo de Bellas Artes de Asturias, Gabino Busto Hevia, se le ve entusiasmado. Yel motivo principal de que estos días se le dibuje una sonrisa en la cara es «pensar en todo lo que queda por investigar» sobre uno de los últimos tesoros recibidos por la gran pinacoteca asturiana:el cuadro de la colección del noveno conde de Revillagigedo, Álvaro Armada Barcáiztegui, nunca antes expuesto al público y que hoy se descubre al fin a los ojos del visitante en la segunda planta del Palacio de Velarde con una cartela que reza un escueto 'Vista de Gijón' (aunque es posible que sufra precisiones).

San Pedro. Es uno de los elementos que vertebran el cuadro, enmarcado en la parte inferior por el mar y las murallas. En el lienzo también aparecen varios barcos. Uno de ellos, «supuestamente con bandera rusa y dedicado al comercio». Otro, con el Aspa de Borgoña, la enseña de los ejércitos virreinales del Imperio español. Un testimonio histórico «valiosísimo a pesar de que no estemos ante un pintor de primera línea:la perspectiva es forzada, no domina los planos y presenta algunos ingenuismos».
Imagen - San Pedro. Es uno de los elementos que vertebran el cuadro, enmarcado en la parte inferior por el mar y las murallas. En el lienzo también aparecen varios barcos. Uno de ellos, «supuestamente con bandera rusa y dedicado al comercio». Otro, con el Aspa de Borgoña, la enseña de los ejércitos virreinales del Imperio español. Un testimonio histórico «valiosísimo a pesar de que no estemos ante un pintor de primera línea:la perspectiva es forzada, no domina los planos y presenta algunos ingenuismos».

En palabras del propio conde, «la Historia misma de la ciudad». «Una de las iconografías más antiguas conservadas de Cerro de Santa Catalina y sus edificaciones:desde el Palacio Valdés y la capilla adosada a él posteriormente hasta la iglesia de San Pedro e incluso las murallas», apunta el director del Bellas Artes, Alfonso Palacio. Y eso le confiere «un valor elevadísimo, a pesar de que no estemos ante un pintor de primera línea», además de convertirlo en codiciado «objeto de estudio para investigadores de diversos campos, de la arquitectura a la sociología». Un lienzo que custodia numerosos enigmas que ahora los especialistas tratarán de descifrar. «Aún queda mucho por saber», confirma Busto Hevia. Por ejemplo, «no está firmado y tampoco datado». Aunque en el museo han llegado a la conclusión de que «habría sido pintado hacia 1700, porque hay personajes con atuendos de principios del XVIII».

Capilla de Santa Catalina. El entorno de la desaparecida capilla era el lugar ideal para «disfrutar de uno de los grandes espectáculos de la época: divisar la bahía de Gijón y los barcos que entraban y salían de ella». Así lo hacen estos gijoneses. Algunos, con catalejo y otros, tumbados sobre la hierba.
Imagen - Capilla de Santa Catalina. El entorno de la desaparecida capilla era el lugar ideal para «disfrutar de uno de los grandes espectáculos de la época: divisar la bahía de Gijón y los barcos que entraban y salían de ella». Así lo hacen estos gijoneses. Algunos, con catalejo y otros, tumbados sobre la hierba.

Se refiere el conservador a los gijoneses que aparecen en la parte superior del lienzo. «Tipos de la ciudad que ascienden hasta la desaparecida capilla de Santa Catalina para disfrutar del que era uno de los grandes espectáculos entonces: ver la bahía de Gijón y los barcos que entraban y salían de ella. Muchos de ellos, además, con bandera internacional», añade Palacio. Como el que hallamos en el extremo derecho de la tela:«Supuestamente, es un barco con bandera rusa. ¿Yqué pinta un barco ruso en la bahía del Gijón de 1700? Pues, probablemente, se dedicaría al comercio».

Las gentes que los contemplan aparecen tumbadas sobre la hierba o divisando la bahía a través de un catalejo. Pero es que –como señala Busto Hevia– «en el cuadro aparecen representados todos los estamentos sociales. Desde ese pueblo llano hasta el estamento nobiliario, que puede verse en primer término, junto a un carruaje muy interesante, y el estamento eclesiástico, a las puertas de San Pedro».

Palacio Valdés. En el cuadro están representados todos los estamentos: el eclesiástico, a través de dos figuras que aparecen a las puertas de la iglesia de San Pedro con ropajes blancos; el nobiliario –en primer término, en un carruaje– y también el pueblo llano. Este último aparece plasmado, por ejemplo, en la figura que ocupa la parte central de la tela:la de un campesino arando las tierras del Cerro, entonces propiedad de la Casa Valdés.
Imagen - Palacio Valdés. En el cuadro están representados todos los estamentos: el eclesiástico, a través de dos figuras que aparecen a las puertas de la iglesia de San Pedro con ropajes blancos; el nobiliario –en primer término, en un carruaje– y también el pueblo llano. Este último aparece plasmado, por ejemplo, en la figura que ocupa la parte central de la tela:la de un campesino arando las tierras del Cerro, entonces propiedad de la Casa Valdés.

Aunque, sin duda, el elemento central del lienzo es el Palacio Valdés, porque «esta es una vista de Gijón hecha para ensalzar este edificio que, en la época, era una de las grandes obras de referencia de la arquitectura del norte de España. El miembro de la Casa que lo encargó quería transmitir a quienes vieran el cuadro que todo aquello era suyo y guardar memoria de su propiedad inmobiliaria para la posteridad». Ya fe que lo consiguió.

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