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El arte como denuncia

El arte como denuncia

El Museo de Bellas Artes de Asturias acoge una exposición de Benjamín Menéndez sobre el deterioro de la fábrica de loza de San Claudio

CECILIA PÉREZ

Viernes, 21 de febrero 2020

Arte para denunciar el deterioro del patrimonio industrial asturiano. Es, a grandes rasgos, la frase que resume la exposición 'Caja de herramientas. Las seis caras del cubo', del artista avilesino, Benjamín Menéndez. Aunque esta muestra, la número trece dentro del proyecto del Museo de Bellas Artes de Asturias para proyectar y potenciar el arte contemporáneo de la región, es mucho más.

Es una denuncia artística que toca desde dentro y hacia afuera el declive de una factoría clave en el desarrollo de la industria ceramista de Oviedo: la fábrica de loza de San Claudio.

El patio del Palacio de Velarde y dos de sus alas componen el continente de esta exposición para mostrar un contenido que pretende «una reflexión sobre el pasado y el presente del patrimonio industrial con un referente principal como es la fábrica de loza de San Claudio», explicó Alfonso Palacio, director del Museo de Bellas Artes.

Tres escenarios con un nexo común que parte de la metáfora a lo tangible a través de «un proyecto largo y sentido», describió su autor, Benjamín Menéndez, y que apela a la denuncia sobre el abandono de lo que queda de esta fábrica que para este artista, nacido en Llaranes, es su «Gótico industrial». De ahí su mensaje a los «políticos», en particular, y a la «administración», en general, para que «se sensibilicen» ante el deterioro del patrimonio industrial. Porque el arte suaviza las críticas pero no por ello deja de ser arma de denuncia. Así lo refleja el artista en la primera parte de la exposición a través de una instalación ubicada en el centro del patio del Palacio de Velarde, sede del Museo de Bellas Artes de Asturias. «Es un cubo estrella circular de acero, símbolo de la fábrica que pende de un hilo y reta a la gravedad», describió Benjamín Menéndez. Una antesala para abrir camino y llegar al ala que más se acerca a la realidad actual de la fábrica de San Claudio. Un guiño a lo que fue y lo que es, con una recreación en cerámica de su horno con cámara de bóveda, realizada por el artista avilesino y que reclama «el esfuerzo de todos» para poder «conservar» este vestigio. Fotografías y proyecciones del recinto fabril, ya en decadencia, completan esta parte de la exposición que se cierra con la visita al último de los escenarios. Una composición donde la cerámica, recreando los tejados de los hórreos asturianos, hace un guiño al trabajo de las personas que conformaron los «recursos humanos» de la fábrica de loza. Todo encerrado en seis caras de una caja de herramientas en la que el público puede recorrer, hasta el 17 de mayo, «física y emocionalmente» el espacio de una «experiencia industrial en derribo».

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