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En el mes de noviembre la Asociación de Amigos del Museo de Bellas Artes de Asturias soplará tres velas y lo hará con ochocientos socios ... en su haber y el objetivo marcado de alcanzar el millar. Pero la ambición, que es grande a futuro, no empaña en absoluto el éxito de haber alcanzado en tan escaso periodo de actividad más miembros que otras asociaciones de amigos de museos de este país y, sobre todo, ser conscientes de que han puesto en marcha un proyecto que no se detiene y que tiene el ánimo de continuar creciendo con un único fin: dar visibilidad al museo y ponerlo en conexión con la sociedad civil.
Porque hay un problema aún por resolver: hacer que sea más conocido, valorado y querido por los asturianos, que se presuma y se disfrute de ese patrimonio propio que, en palabras de Alfonso Martínez, el empresario al frente de la entidad, «es de primera categoría mundial, con obras del Greco, Goya, Picasso...». Gratis y a un paso de la Catedral de Oviedo. «Conocíamos las experiencias de otros lugares y en algunos museos de bellas artes importantes, al cabo de veinte años, igual contaban con 200, 300 amigos, así que la sorpresa fue la gran acogida que hemos tenido por parte de la sociedad y es verdad que fuimos creciendo año a año durante la pandemia», resume Alfonso Martínez, que relata cómo en dos meses se alcanzaron los 200 socios, en 2020 llegaban a los 500, a finales de 2021, estaban en 700 y ahora ya por encima de los 800. Claro que seguir creciendo de esta manera es imposible, ya están en cifras altas, ahora hay que tomárselo con más calma. No hay un objetivo trazado con un número concreto, sino que la idea es seguir dando pasitos y trabajar duro por mantener los socios individuales (25 euros al año), así como los benefactores y corporativos, cuyas aportaciones son más importantes. Pero no distingue Martínez entre amigos pobres o ricos, aunque sí sabe lo importante que es captar el dinero privado para invertirlo en cultura para todos. «Para nosotros todos los amigos son ricos, porque a quien le gusta el arte y disfruta ya tiene esa riqueza interna, y dentro del objetivo de llegar a la sociedad civil, el amigo individual es muy importante para nosotros», introduce Alfonso Martínez, que sabe que la empresa es la vía para aumentar presupuesto y por eso es clave que pueda haber pronto en España una ley de mecenazgo que facilite todo ese tipo de colaboraciones. «Este es un asunto que nos preocupa y ocupa y por eso este año hemos realizado el segundo foro de mecenazgo artístico. Es una deuda pendiente cómo apoyar el mecenazgo para desarrollar el arte y la cultura», señala. Y añade un dato que de interés: «Una sociedad que valora el arte, la cultura, es una sociedad más rica, pero es que además el arte es creatividad, nos ayuda a ser innovadores y buscar la excelencia, también en los museos».
En estos dos últimos años se han multiplicado las propuestas. «Vamos poco a poco, con mucha actividad y repitiendo lo que tiene éxito», introduce Martínez, que relata cómo las visitas guiadas han permitido, entre otras cosas, preparar diferentes itinerarios por el espacio que dirige Alfonso Palacio. Es una manera de abrir puertas a nuevas formas de mirar las colecciones. «Hemos hecho visitas en torno a la mujer, los oficios, el mundo rural, la mitología», señala Martínez.
Otra de sus misiones destacadas es colaborar en la edición de publicaciones. Lo han hecho en algunas tan notorias y necesarias como la guía del museo y el catálogo que se acaba de publicar con las obras en depósito del Museo del Prado. También se están encargado de grabar y compartir en youtube las conferencias que se ofrecen en el espacio. Y viajan a diferentes museos del país, como el Bellas Artes de Bilbao, el Chillida Leku, el Oteiza, el Selgas, el San Telmo, la Fundación María Cristina Masaveu Peterson o el Prado, cuya asociación de amigos siempre ha sido un espejo en el que mirarse. Esa mirada al exterior se complementa con otra hacia el interior que les hace recorrer Asturias para dar a conocer la asociación y el museo.
Particularmente satisfecho está Alfonso Martínez de la actividad que han llevado a cabo con jóvenes y familias, porque considera además que es una buena vía para acometer esa función de nexo de unión entre el museo y la sociedad. «Creemos que hay que llegar a los niños y jóvenes, para formarlos y que en el futuro el museo sea un elemento de disfrute». Se está trabajando ya en la segunda edición del concurso escolar jóvenes y familia, que reunió trescientos trabajos.
También fue impresionante la respuesta al proyecto El Museín, a cuya llamada respondieron 17 centros escolares de la región y llegó a tres mil alumnos. Hay una nueva convocatoria de este proyecto que pone a reflexionar a los chavales sobre las obras de arte en las aulas con la colaboración y el apoyo de los maestros.
Una de las apuestas de futuro es un concurso de cómic que se va a echar a andar con el mismo ánimo dinamizador de todo lo que tiene que ver con el arte, sin dejar de lado que una de sus apuestas pasa también por la organización de conferencias, como las que se han desarrollado ya sobre arquitectura de museos, un tema que les toca muy cerca, con la ampliación en ciernes aún esperando su momento. «A nosotros nos gustaría que la ampliación ya estuviese hecha, es imprescindible acabar esta segunda fase. Lo que está pendiente es una sala de conferencias, la cafetería, una tienda, sitios donde depositar, donde tener los fondos y tener una accesibilidad mejor, por tanto, estamos contentos de saber que se va a hacer, y deseando que se materialice de una vez; ahí lo que hacemos es ofrecernos a apoyar en todo lo que sea necesario», señala el presidente de la Asociación de Amigos.
La colaboración es total en muchos ámbitos. No hay puertas cerradas a nada, tampoco a adquirir obras de arte para el museo si el presupuesto lo permitiese en el futuro, como hizo la Fundación de Amigos del Museo del Prado con el 'Aníbal' de Goya que era de los Selgas. «La fundación del Prado es una inspiración y un modelo, marcando las distancias, puesto que nosotros no tenemos ese presupuesto, estamos ayudando en la medida en que podemos y si en el futuro tenemos posibilidades y el museo tiene una necesidad puntual de alguna obra, nos gustaría muchísimo poder comprarla», subraya. Y añade otro dato: «Cuando sea posible la ley de mecenazgo, esperamos que puedan hacernos donaciones, que podamos depositar como Amigos del Museo», concluye.
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