Los museo Piñole y Jovellanos inician un programa «contra el olvido»

«Los museos velan por mantener vivos recuerdos, por difundirlos y conservarlos», dice la artista y hasta hace unos meses responsable del Área Didáctica de los de bellas artes de Gijón, Pepa Pardo. Y lo dice no solo para subrayar uno de sus retos esenciales, sino también para abrazar con esa máxima el nuevo proyecto para la Casa Natal de Jovellanos y el Museo Nicanor Piñole. Un proyecto que insiste en la idea del arte como terapia y que desde ella lucha contra el avance degenerativo de la mente, aliándose con las personas que lo padecen. Su nombre, 'El museo contra el olvido. Así será presentado este jueves, precisamente en la principal pinoacoteca municipal.

Su objetivo, la estimulación de las capacidades cognitivas de quienes acudan a disfrutar de sus actividades, que lo harán «a través del poder evocador de las obras de Nicanor Piñole, creando historias sencillas y cercanas a las personas y favoreciendo el desarrollo de los recuerdos». Lo explica sí Pepa Pardo, que ha contado en esta tarea con la Elsa Fernández de la Rosa, actual guía del área didactica. También se ha apoyado este programa en la experiencia de Mónica Fernández Valencia, psicóloga de la Residencia Mixta de Gijón, y de Bárbara Prieto Fernández, directora de Augusta Alzheimer.

El programa se compone de una serie de visitas y talleres en los que los asistentes se situarán frente a la obra de arte, pero también frente al espejo. Con cada una de las actividades previstas se intentará reactivar imágenes en su mente y asociar la actividad cognitiva a la actividad manual, de manera que se lleguen a recrear pinturas sencilas de Nicanor Piñole. Bodegones, que compondrán recortando las frutas y resituándolas, marinas a las que colocarán barcos de papel y hasta retratos con los que despertar zonas dormidas del cerebro.

La intención es poner en movimiento la mente dañada. Pero también abrir una puerta a la integración de nuevos públicos.