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Los toreros a hombros. D. Arienza

Aplausos para una gran Feria de Begoña

Sebastián Castella, Talavante y Rufo, salen a hombros con una enclasada corrida de José Vázquez en el último festejo

Viernes, 18 de agosto 2023

El mejor final posible para una feria que no será una más, ni en el conjunto de la temporada ni en la historia de esta centenaria plaza. Los tres matadores salieron en hombros y cerraron por todo lo alto el abono del retorno, un ciclo ... exitoso, brillante, en el que muy pocas cosas fallaron. El público salió exultante y, sobre todo, quedó con ganas de más. ¿Quién diría que no si le aseguraran que mañana empezaba la feria otra vez?

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Claro que, para tan refulgente clausura los tres diestros contaron con una corrida de José Vázquez de una calidad exquisita. De unas hechuras prototípicas y una nobleza casi almibarada, los «bombones» que vinieron desde la sierra madrileña permitieron relajarse a la terna en pleno mes de agosto y con más de media temporada a sus espaldas. Y sobre todo, les permitió disfrutar, pues, en algunos momentos, llegaron a torear casi de salón. Únicamente les faltó una miaja más de fortaleza y pujanza, porque clase exhibieron para dar y regalar.

El mejor toreo de la tarde tuvo a Talavante por intérprete. Fue en el segundo, que se desplazó con ritmo y tranco en el capote del extremeño, que lo toreó a la verónica con relajo y compás. Toro de distinguida condición en la muleta, le faltó un punto de brío, pero sus embestidas fueron de categoría. Talavante se deleitó en cada muletazo, deletreados y descritos al ralentí. Estéticamente hablando, seguramente los mejores del abono. Después de un reunido cierre por bernadinas, coronado con una arrucina que le salió que ni pintada, le llegaron a pedir, de modo tímido, la segunda oreja.

Otra paseó del quinto, ejemplar largo de viga, de excelentes hechuras que, siendo igual de noble que sus hermanos, resultó el más parado del envío, al que más le costó desplazarse. Pero Talavante echó el resto. Inició faena de rodillas, le expuso mucho, desde muy cerca, incluso se volvió a echar de rodillas en el epílogo, en una serie con la derecha que coronó con un desplante sin muleta.

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  • Gijón Cuarto y último festejo de la Feria de Begoña. Dos tercios de plaza. Toros de José Vázquez, de prototípicas y agradables hechuras y tipología, bajos de agujas, de bonitas caras pero con cuajo y remate. Corrida de excelsa calidad, que con un punto más de fortaleza y pujanza hubiera sido de escándalo. El quinto fue el más parado y el sexto, el de más brío.

  • Sebastián Castella estocada trasera (oreja) y media estocada (oreja tras aviso)

  • Alejandro Talavante estocada tendida (oreja con leve petición de la segunda) y pinchazo y estocada (oreja)

  • Tomás Rufo pinchazo y media estocada (ovación) y estocada (dos orejas)

El marcador lo había inaugurado Castella en el primero, toro con cuajo y remate, abrochado de cuerna, obediente, al que faltó un tranco en el último tercio, quizá por su excesiva romana. Faena muy templada de Castella, desarrollada en los terrenos próximos a la Puerta Grande, y descrita con suavidad en los toques y pulso en las muñecas. ¿Lo mejor? Los toreros doblones de inicio.

El cuarto blandeó de salida y le midieron el castigo en el peto, pero sus embestidas fueron igualmente muy pastueñas, requerían mimo en el trato. Castella lo esperó, apenas lo tocó, y sin violentarlo ni atosigarlo consiguió muletazos de gran limpieza y largura. Le apretó más en el último tramo de la obra, redujo distancias y después de media estocada y de escuchar un aviso cortó otra oreja que sirvió para amarrar la Puerta Grande.

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Rufo brindó el tercero a la alcaldesa Moriyón, protagonista indirecta pero indiscutible de esta feria. Se desplazó el de José Vázquez en el capote y el torero de Pepino lo cuajó a la verónica, ganando terreno, muy embraguetado. Con armonía y compás. Pese a su medida fortaleza permitió al diestro gustarse toreando. Lo afianzó primero a media altura, y luego lo empujó para delante en naturales de excelente composición, sobre todo por su profundidad. Un pinchazo y media estocada dejaron sin premio la faena de su presentación en este coso.

Al animal que abrochó tarde y feria, bien hecho, rematado, Rufo lo volvió a cuajar con el capote. Excelsos lances, muy mecidos, llevando al toro muy toreado. Lo más sobresaliente, sin duda, de su actuación. Tuvo fuerza el inicio de rodillas, el toro tuvo más brío que sus hermanos y similar calidad, pero la labor de Rufo fluyó discontinua, porque faltó temple y sobró tensión. Más intensa la primera parte, que fue la que cotizó junto al espadazo final, rotundo y sin puntilla, que le permitió cortar las dos orejas y salir en triunfo junto a sus compañeros.

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