Álvaro Armada ofrece al Principado un centro de investigación y una muestra para el Revillagigedo

El primero, «la cesión de una serie de objetos que permitan recrear lo que fue el Palacio de Revillagigedo», con el objetivo de «darlo a conocer, así como a los personajes que lo habitaron, porque nadie tiene ni idea de quiénes eran». Y porque «la cultura también tiene que ser entretenimiento, algo que entienden muy bien en Estados Unidos».

El segundo, la creación de «un centro de investigación histórica con el archivo más importante de Asturias», la joya de la corona de su Casa, conformado por un millón de documentos esenciales para entender la Historia de España «que están microfilmados y que los investigadores que me llaman sin parar podrían consultar en él». Entre ellos, cartas personales de Felipe II, Malaspina, Blas de Lezo o Menéndez de Avilés que lo colocan a la altura del de Medina Sidonia.

Y eso, después de haber ofrecido también al Gobierno regional sin éxito ese gran fondo documental con información única sobre el Nuevo Mundo, tasado en su día en 37 millones de euros y cuya venta ultima ahora Armada con «buenas expectativas» con el Ministerio de Cultura.

Así que el IX conde de Revillagigedo, inasequible al desaliento, volvió a lanzar ayer sus dos iniciativas al Ejecutivo autonómico. Un guante que recogió, en representación de la Consejería de Cultura, el director general de Política Llingüística, Antón García, quien admitió su «desazón» al escuchar «esas ofertas tan generosas que hizo al Principado» y mostró su disposición a «hablar sobre ello y ver qué se puede hacer. Aunque estamos a punto de que lleguen las elecciones, así que tenemos que pensar más en el periodo posterior».

Un nuevo aplazamiento por parte de «unos políticos –sostuvo el conde– que deben darse cuenta de que Asturias tiene un potencial enorme» y de que «es muy importante que sepamos vender nuestra cultura y nuestra Historia, porque en esta provincia comenzó casi todo». Solo un ejemplo: «Asturias se declaró Estado independiente en la invasión napoleónica. Si los catalanes tuvieran eso, ardería Troya».

Pero, de momento, lo que tocaba ayer era inaugurar una «deliciosa exposición de gabinete o de cámara» –resumió Alfonso Palacio, director de la pinacoteca– que podrá disfrutarse hasta el próximo 21 de mayo en el Palacio de Velarde, con esos cuatro cuadros que son «Historia de Gijón», por lo que Álvaro Armada echó ayer «en falta a algún representante del Ayuntamiento».

Empezando por una bellísima 'Virgen de Guadalupe' pintada en México por un artista novohispano no identificado entre 1675 y 1680, que formó parte de la capilla del Palacio de los Valdés y a donde el conde está dispuesto a que regrese «si el Arzobispado vuelve a abrirla al culto». Y siguiendo por un par de retratos póstumos de cuerpo entero del matrimonio de nobles asturianos formado por Fernando de Valdés Tobar y Luisa de Valdés y Miranda (ambos de hacia 1757), que se completan con una espectacular 'Vista de Gijón' (c. 1700) en la que aparecen representados el Cerro de Santa Catalina y sus edificaciones. «Su documento gráfico más antiguo».