
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paché merayo
Viernes, 2 de octubre 2020, 02:29
La XIX Semana de Arte Contemporáneo, AlNorte, ya está en marcha. Ayer, en un acto apadrinado por el entusiasmo de la consejera de Cultura, Berta Piñán, y la alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, se abrió la primera puerta, a modo de exposición, subrayando la «resistencia» del mundo del arte. El lema que está uniendo a todos los sectores culturales para escapar de los frenos impuestos por la pandemia, porque como dijo la alcaldesa «sin cultura es imposible reconstruir nuestras sociedades». Con él también en la mente presentó esta nueva edición, «carga de esperanza», su director, Ángel Antonio Rodríguez, agradecido por las palabras de la consejera, que calificó el certamen como un «referente de las artes plásticas en el país». Escuchaba atento el primer protagonista del programa que se extenderá hasta el día 10, el joven creador zamorano Antonio Guerra, autor de las instalaciones que ya se puede visitar en el Niemeyer y que cobijaron la inauguración de esta cita anual en la que lleva 19 años colaborando ELCOMERCIO.
Y en su obra, dos pilares, una mina abandonada y una tarjeta de memoria dañada. Ambos ofreciendo una visión inexacta, quebrada. del paisaje al que pertenecieron. La mina ha cambiado la naturaleza, «la ha dañado», dice Guerra, ganador de una de las becas expositivas de AlNorte. La tarjeta ha cambiado por dentro. Lo que ofrecen juntas es «una falsa ilusión de la realidad». A ella dedica sus desvelos el artista, tratando de describir la metáfora que comparten sobre la intervención del hombre y sus industrias en la naturaleza. Y de su modo de contarla nace 'Cielo abierto'. Así titula a su proyecto, agrupado en dos instalaciones, que se nutren de fragmentos de fotos y de los datos que alberga todavía la tarjeta de memoria. Como en un collage, el creador recupera elementos de un viejo yacimiento de Pola de Gordón, en León –restos de una tubería, de una verja o de una viga–, componiendo una imagen del lugar y su historia. Una imagen que «puede provocar» tanta atracción como repulsa, reinterpretando la iconografía minera mientras cuestiona los límites de la fotografía y su misma representación.
Y AlNorte suma y sigue. Su cita hoy seguirá siendo con los ganadores de las becas expositivas. Primera parada, el Patio Corintio de Laboral Ciudad de la Cultura, donde la colombiana Diana Velásquez «propone una reflexión sobre el paso del tiempo y la espera a partir de la pandemia» que vivimos. Segunda parada, ya por la tarde, en el Museo Barjola. En su último piso se despliega la instalación de Florencia de Titta, que «reivindica el espacio femenino, en sintonía con formas ancestrales, como la espiral o la palabra».
Estas y todas las actividades de AlNorte cuentan con el patrocinio del Ministerio de Cultura, las fundaciones Cristina Masaveu Peterson, Sabadell y Edp, así como los ayuntamientos de Gijón y Avilés.
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