Hugh Herr, en plena escalada.

«Estamos en disposición de acabar con la discapacidad a lo largo de este siglo»

«Confío en que la biónica permita lograrlo y que la sociedad sepa mitigar a la vez los usos inapropiados de esta tecnología»

MIGUEL ROJO

Jueves, 2 de junio 2016, 00:26

Un par de horas después de saberse ganador del Premio Princesa de Investigación Científica y Técnica de este año, Hugh Herr atendía a EL COMERCIO para transmitir sus primeras sensaciones a los lectores de Asturias, región que, confirmó, visitará en octubre para recoger su galardón en el Teatro Campoamor de Oviedo. Confía en que el desarrollo de la biónica conseguirá avances cercanos a la ciencia ficción en los próximos años, pero advierte también sobre el reto que supone evitar el mal uso de esa tecnología.

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Lo primero de todo es felicitarle por la consecución del Premio Princesa de Investigación Científica y Técnica de este año. ¿Cómo se siente tras sumar su nombre a una lista en la que están personas tan importantes como Tim Berners-Lee, Luc Montagnier o Peter Higgs, por citar algunos?

Me siento profundamente conmovido al recibir este gran premio. Desde aquel accidente de alpinismo en el que mis piernas fueron amputadas en 1982 debido al daño causado en los tejidos por la congelación he dedicado mi vida al progreso de la ciencia y la tecnología básicas para permitir la reparación biónica de los seres humanos. Ojalá este reconocimiento arroje luz y permita dar más visibilidad sobre la misión global que nos hemos propuesto para acabar con la discapacidad humana en el siglo XXI a través de los continuos avances en la biónica.

El desarrollo de la biónica y la robótica en los últimos años parece imparable. ¿Cuáles son las metas que se plantean los científicos en este campo? ¿Tienen estos avances algún tipo de riesgo ético?

La meta es incorporar sin contratiempos al cuerpo humano elementos diseñados y construidos para aumentar la experiencia sensorial, la capacidad física y las habilidades cognitivas del ser humano. La promesa de la biónica encierra una gran promesa para la humanidad. Tenemos la oportunidad a lo largo de este siglo XXI de acabar con la discapacidad. De todas formas, este gran objetivo no está carente de riesgos, aunque tengo la convicción de que la sociedad puede conseguirlo mitigando a la vez los usos inapropiados o las consecuencias no intencionadas del desarrollo de la tecnología biónica.

¿Cómo recuerda el accidente en el que perdió sus piernas? ¿Qué le dio fuerza para reponerse?

Después de aquel accidente, me di cuenta de que el ser humano nunca puede romperse o convertirse en un discapacitado. En realidad, es el mundo el que no se adapta a esa nueva realidad del ser humano. Llegar a esta conclusión me motivó a diseñar nuevos miembros biónicos para escalar montañas y para el día a día que fuesen capaces de sortear esa discapacidad del mundo para acogerme.

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Este premio le permitirá llegar a mucha gente. ¿Cuál es el mensaje que le gustaría transmitir a los que sufren una discapacidad similar a la suya?

No existe ningún ser humano roto, lo que sucede es que la tecnología es insuficiente o inadecuada para sus necesidades.

¿Cuáles son sus metas de cara al futuro?

Mi única meta, como ya he dicho, es contribuir con todas mis fuerzas a la misión global de acabar con la discapacidad a lo largo de este siglo.

Esperamos verle en octubre en Asturias para recoger el premio...

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Pueden estar seguros de que allí estaré. ¡No me lo perdería por nada!

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