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M. F. Antuña
Viernes, 30 de octubre 2015, 00:27
Mucho más que un cocinero. Ferran Adrià (Hospitalet, 1962) es una suerte de filósofo contemporáneo de lo cotidiano que hace mucho tiempo que concluyó que hay dos ingredientes claves en cualquier receta vital. Uno, el sentido común. Y dos, coger lo bueno y no autoflagelarnos reprochándonos a nosotros mismos lo malo. El mejor cocinero del mundo viaja con Telefónica y El Bulli Foundation haciendo de la innovación bandera. En la cocina y en todos los ambitos de la existencia. Ayer estuvo en Gijón para dejar constancia de su apuesta por la creatividad y clamar por el diálogo y el debate en estos tiempos convulsos.
¿A usted le gusta lo que están cocinando en Cataluña?
No hablo de política, porque si tuviera que dar mi opinión sobre los políticos de hoy de todos, eh, de todos me tendría que ir del país.Me supera todo. No entiendo nada.
¿Hay que deconstruir España o hay que reconstruirla?
No sé. Se ha llegado a un nivel de incomprensión total en general. Si no se trabaja desde una base de diálogo... Tenemos que construir con todo lo que hay alrededor, con lo que estamos viendo cada día y así es imposible el diálogo. Pero no puedo decirle lo que pienso.
Pues no es buena cosa la autocensura.
No es buena, no. Pero es mejor que lo que le diría.
Es un catalán ilustre, es lógico que se quiera conocer su opinión, es el asunto del momento.
Es que no es un tema de Cataluña. La corrupción no es Cataluña. Yo trabajo al día 16 horas para hacer las cosas mejor. Cuando veo lo que pasa en España, en toda Europa, en todo el mundo, pienso que me voy a hacer del planeta Marte. Fíjese que lo peor es la insensibilidad que hemos llegado a tener, mire lo que pasa en Siria. El asunto no es Cataluña, hay un problemas mucho más grandes que hay que solucionar a todos los niveles. Desde el concepto de democracia actual, y a partir de ahí vamos bajando a todo lo demás. Se ha focalizado todo mucho en Cataluña y no es así, creo que la sociedad civil tiene la inteligencia para crear un debate importante sobre qué sociedad queremos, no qué país, sino qué modelo de sociedad. Vamos a ver qué queremos y construyamos alrededor de ello.
¿Por qué la fusión funciona también en la cocina y no tan bien en otros ámbitos?
Hay muchos tipos de fusión. Entraríamos en un debate filosófico sobre qué es un país, la historia de la humanidad, qué sentido tiene en Europa el concepto de país patriótico... Nos adentraríamos en un debate más profundo que no cabe en una entrevista como esta. Vengo de China ahora, de Boston, de Harvard, de Miami, y el mundo es diferente de lo que pensamos. Al final si cogiéramos lo bueno de todo lo que está pasando y no lo malo y nos pusiéramos a contruir, saldría algo interesante. Pero si todo se manipula... Es lo mismo que pasa con la carne.
¿Qué pasa con la carne?
La pirámide de la alimentación dice que que hay comer productos naturales. ¿Estamos de acuerdo?
Estamos de acuerdo.
Pues eso es mentira. Según la RAE, natural es lo que el hombre no toca. Si su contextualización de lo natural ya no funciona, imagínese lo que puede pasar cuando lleguemos a la carne. Para mí hace cinco años el tomate era algo natural.
¿Y no lo es?
Pues no. El tomate natural está en los Andes y es algo incomestible.El hombre, con la agricultura, hizo algo no natural mucho mejor que lo natural. El peor tomate cutre del peor supermercado es mejor que el natural. Si no entendemos esto, cómo vamos a hablar de carne, se lo digo yo que mi papá murió de cáncer de colon. ¿Pero qué es la carne? ¿Y qué es la carne procesada? Empecemos por hablar en cristiano.
Diga usted, que sabe.
En esto los medios de comunicación, y yo me considero como tal, tenemos la obligación de contextualizar. Yo hice un trabajo con Valentín Fuster y al final la conclusión es que la mejor dieta es la que dicta la lógica: hay que comer de todo y poca cantidad. Pero mal vamos si ya empezamos con que la gente se ría porque hay restaurantes que dan platos pequeños.
¿No se ha superado esto ya?
No, no. Lo que hay que hacer es trabajar con los niños. Nosotros vamos a empezar en abril un proyecto maravilloso con Disney, un sistema educativo en casa, a través de libros, apps, webs, programas de televisión que van a hacer críos, para que ellos puedan comprender las cosas. Si usted le dice a un niño: cómete el yogur, es natural, el niño le va a decir que no es natural, que el yogur no está en la naturaleza. Hay que hablar de yogur de calidad y hay qué saber cuántos hay que comer. Si se conoce esto, hemos ganado todos, y si surge un tema como el de la carne y el informe de la OMS, nos afectará menos. Yo he comido hoy un cruasán con jamón y seguiré comiendo carne, se puede hacer sin ningún problema. Esto es como todo en la vida: no te puedes beber cinco litros de agua. También le digo que esta es una noticia irruptiva, va a haber un antes y un después, es un tema muy serio, afecta a mucha gente.
¿Y cuál es el después?
La información no, porque tenemos tanta que caemos en la desinformación. Lo que viene después es la comprensión.
¿Cómo lograr esa comprensión?
Necesitamos un lenguaje sencillo que podamos comprender. Yo no puedo tener conocimientos de todo. Antes me preguntaba por Cataluña y yo le pregunto, ¿quién sabe la historia de Cataluña? ¿Alguien la conoce? ¿Quién sabe que Italia como país hace 150 años que existe? ¿Sabemos que la pizza no es italiana sino del Reino de Nápoles? Es muy importante contar con la cantidad de información que necesitamos en cada caso. Ese el gran trabajo, esa es la tarea de hacer comprensible.
O sea, sentido común.
Sí, el sentido común es la base de la filosofía.
¿Y si le ofrecen un puesto de asesor de la OMS?
No, no, no... Yo no. Hay que dejar hablar a los expertos, yo no soy nadie para decirles cómo tienen que hacer las cosas. Otra cuestión distinta es cómo hay que explicarlo.
Lleva varios años con este proyecto de innovación con Telefónica recorriendo el mundo.
Queremos ayudar. Con El Bully Foundation estamos en un proyecto a través del que queremos ver cómo las tecnologías pueden ayudar en el proceso creativo. Y de aquí a equis tiempo veremos muchos resultados. La capacidad de aprender de cada uno va a marcar su vida.
¿Qué ha aprendido usted?
Yo he venido aquí a aprender no a enseñar, vengo a compartir.
Volviendo a la cocina. Ahora los chefs están el prime time y en la portada del Hola. ¿Si se lo dicen hace 20 años se lo cree?
Lo de las portadas es otra historia. Yo estoy muy a favor de los programas de televisión, hay cocineros majísimos y otros idiotas, como en todaspartes. Comemos cada día tres veces y es lógico que nos pueda interesar a todos.
Siempre ha elogiado la gastronomía asturiana. ¿Sigue por la buena senda?
Asturias tiene un ecosistema increíble a nivel de clima, una calidad de productos brutal y una generación de cocineros fantástica. Tiene una calidad gastronómica a nivel mundial y lo discuto con quien haga falta, pero dentro de su contexto, esto no es Nueva York. Nacho Manzano puede convivir perfectamente con una marisquería.
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