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M. F. Antuña
Martes, 7 de julio 2015, 00:16
Es un reconocimiento pero sobre todo una obligación. Adolfo Rodríguez Asensio (Oviedo, 1947) ha vivido en Bonn ese momento en el que un golpe dado con un maza de madera convertía los caminos del Norte en Patrimonio Mundial de la Unesco. Está feliz y contento, pero sabe que queda mucho trabajo pendiente. El Camino de Santiago, el de la Costa y el Primitivo, a su paso por Asturias, exigen mejoras y más promoción futura.
¿Safisfecho?
Es una gran noticia. Creo que hace justicia porque que el Camino Primitivo estuviera fuera era algo que no se entendía bien, y el Camino del Norte es muy bonito, muy interesante, muy del Norte.
¿Qué significa la declaración a efectos prácticos?
En primer lugar es un reconocmiento desde el punto de vista histórico e internacional, y en segundo lugar, un compromiso muy fuerte para las administraciones -en este caso, las cinco autonomías afectadas- de mantenimiento y conservación del Camino y de todos sus monumentos.
¿No llevará aparejada la llegada de fondos extra por alguna vía?
No. Lo que hacen es reconocer y casi casi obligar al mantemiento porque las administraciones tienen que comprometerse a proteger la ruta. Y no solo es una vía empedrada o terrera, es una ruta plagada de monumentos. Ahora tenemos un compromiso fuerte de invertir más.
Habla de las cinco comunidades afectadas por la declaración. ¿Hay ya previsto un trabajo conjunto?
A partir de ahora es una de las cosas que tenemos que hacer, porque estos reconocmientos lógicamente obligan a realizar informes periódicos. Igual que te lo dan te lo quitan, de modo que supone un compromiso permanente y en constante revisión. Hay que tener en cuenta que la Unesco tiene lo que vulgarmente se llama la lista negra, así que hay que ponerse las pilas y trabajar para que efectivamente se pueda mantener esto con orgullo.
Vamos a la práctica. Hay muchas críticas respecto a la mala señalización de los caminos de Asturias.
Niego la mayor. Estamos hablando de 1.500 kilómetros de caminos: el Primitivo, el de la Costa, el Lebaniego... y hay de todo. Pero en Asturias yo diría que no está mal señalizado en general. Esto es como la cantinela del Prerrománico que de tanto decirla hubo quien se creyó que estaba cayendo. Pues el Prerrománico no está cayendo sino en estado de revisión permanente y en los caminos hay sitios en los que la señalización es adecuada y otros que no. En aquellos sitios donde no lo sea, lógicamente la Administración del Principado en colaboración con los ayuntamientos habrá de fortalecerla. En esta última legislatura hemos hecho un esfuerzo enorme con las señalizaciones, y yo pido la colaboración, a partir de hoy más fuerte, para reforzarla.
La red de albergues, pocos y en muchos casos en mala situación, es otra denuncia común.
Tampoco es verdad. Nosotros el plan que tenemos, que yo presenté en su momento en la Junta General, es que en el futuro cada 20 kilómetros haya un albergue. Si me pregunta si ahora esto sucede, la respuesta es no, aunque en algunas zonas se puede decir que ya lo hay. Además, estamos desarrollando y está a punto de salir la normativa de los albergues de peregrinos, que requieren una regulación especial puesto que en ellos no se puede cobrar. Lógicamente hay que buscar un hospitalero para que te lo mantenga y estamos en el siglo XXI, no en la Edad Media, y en muchos casos se considera esto como un negocio colocando allí el típico bar donde cenan y desayunan los peregrinos. Ese tipo de cosas hay que coordinarlas para que funcionen bien. Luego también hay albergues municipales o privados. Hay alguna zona donde efecticamente se puede entender que hay un cierto vacío, pero nuestro plan es el que le decía, un albergue cada 20 kilómetros.
¿En qué momento está? ¿Para cuándo ese objetivo cumplido?
Es difícil, no le podría decir. Tenemos la intención y la normativa de los albergues preparada.
Sabe que uno de los problemas que se encuentran los peregrinos es que llegan a una iglesia y está cerrada y no hay un cartel con horarios o la manera de visitarla. Eso sucede, por citar un caso, en Priesca.
Sin duda alguna es así. Ahí lo primero que habría que decir es que con la Iglesia hemos topado. Está poniendo el ejemplo de Priesca, pero también ocurre en Frómista, en Palencia, en León... La Iglesia como institución en estos temas no se implica o no se está implicando todo lo que debiera. Son los propietarios y nosotros solo podemos hablar con ellos, insistir, pedir que abran. Obligarles es imposible. Lo que sí podemos hacer y ya hemos hecho es instarles a que pongan información. En la mayoría de los casos, llegas y carecen de un mínimo cartelito que te diga dónde está la llave. Efecticamente, tendremos que volver a insistir y decirle que estos monumentos han sido rehabilitados con el dinero de los ciudadanos y que por lo tanto tienen derecho a querer visitarlos.
Esta situación se da también con los monumentos prerrománicos. En una ocasión se constituyó una comisión para buscar una solución y hubo un compromiso para garantizar las visitas.
Sí, por supuesto, pero es un tema complicado, aquella comisión, por mucho que se vendiera, no llegó a buen puerto. La Iglesia pretendía que el Principado pagara los guías y se encargara del mantemiento, y nosotros no tenemos capacidad de poner un guía pagándolo del erario público. Se consiguió algo: que los horarios del prerrománico de Oviedo sí estén visibles, pero más allá no. La nueva administración tendrá que hablar con la Iglesia.
Basta con salir a la calle en cualquier lugar por donde pasa el Camino para saber que el número de peregrinos ha crecido de manera sustancial. ¿Habrá un mayor esfuezo futuro en promocionarlo?
Sí es cierto que hay un incremento de peregrinos grande, muy fuerte, de modo que está claro que una mejor promoción está encima de la mesa. No queda más remedio que Patrimonio y Turismo trabajen de común acuerdo.
¿Asturias no ha sabido aprovechar este potencial? ¿Ha estado un poco dejado el Camino?
Hay trabajo que hacer, sí, no sé si 'dejado' es la palabra adecuada, pero hay trabajo por hacer.
¿Y dinero por ganar?
No es un terreno en el que yo me mueva bien, pero sí, la hostelería y la hotelería tienen mucho que decir. Este tema requiere mimo.
Asturias tiene las cuevas paleolíticas, el Prerrománico y los caminos del Norte y Primitivo declarados Patrimonio Mundial. ¿Falta algo?
Desde punto de vista patrimonial Asturias es mucho más rica que todo eso, tiene muchas más cosas, de hecho hay un potencial enorme en el patrimonio industrial y es un tema a explorar. Además, siempre hay aspectos individuales de algún monumento, pero como conjuntos no veo no en esos momentos una candidatura en el horizonte.
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