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El último alijo de 66 kilos de cocaína decomisado en Gijón ha constatado una tendencia: los narcos gallegos buscan refugio para la droga en Asturias en un intento de eludir la presión policial. Se sienten acorralados y varios de los grupos criminales dedicados históricamente al tráfico de estupefacientes han puesto los ojos en el Principado.
Fue el caso de Carlos García Morales, alias 'El Matador', de Orense, detenido en 2022 con 600 kilos de cocaína ocultos en una nave de Naón (Siero), donde cobijaba también el mayor arsenal de armas de guerra descubierto en el país para, supuestamente, enfrentarse a grupos rivales y proteger la droga. El jefe de la Brigada de Estupefacientes de la Udyco central, Antonio Martínez Duarte, dijo entonces tras la compleja operación policial: «Estamos ante un arsenal extraordinario de armas: algo impensable en España hasta ahora». Y en Asturias, más que inimaginable. Tenía fusiles de asalto, silenciadores, armas cortas, granadas de mano, explosivos, munición e incluso un lanzacohetes listo para funcionar. La Audiencia Nacional determinó que Siero era 'únicamente' el almacén de la trama delictiva. Ninguno de la veintena de detenidos era asturiano. Habían alquilado la nave como 'guardería' de la droga, como se denomina en argot policial.
Las fuerzas de seguridad que se dedican a la lucha contra el narcotráfico en la región tienen un cometido claro: evitar que las bandas de narcotraficantes se asienten en el Principado. Conocedoras de que un problema lleva a otro –lucha por el territorio entre grupos rivales, inseguridad ciudadana...– han redoblado esfuerzos para revertir la tendencia, agudizada durante la pandemia.
En 2021 el Greco Galicia, el grupo que desde hace casi dos décadas lucha contra el crimen organizado en la comunidad vecina, marcó récord de incautación de droga: 43.000 kilos, la mayoría de cocaína y de forma residual, hachís. Se marcó un hito histórico y también supuso un antes y un después en el funcionamiento de los narcos.
Cuando hace dos semanas los agentes del grupo de Estupefacientes de la Comisaría de Gijón registraron un trastero de la calle Niort, los vecinos de Viesques no se podían creer que el barrio, tranquilo y residencial, se había convertido en almacén de la banda supuestamente liderada por Ismael C. B., el vecino de Ribadumia, en las Rías Baixas, en cuya casa fueron localizados casi dos millones de euros dentro de una maleta rosa escondida bajo una parra. Fue un perro de la unidad canina el que llegó hasta los billetes. El dinero lo tenía cerca, pero la droga lejos: a 380 kilómetros de distancia, los que separan la comarca de O Salnés de Gijón y los mismos que recorrió María Teresa P. S. en una furgoneta camperizada con 50 kilos de cocaína ocultos en una 'caleta', un doble fondo en el que los investigadores consideran que viajaba con frecuencia a ocultar la droga en Gijón, antes de ser distribuida en cantidades inferiores a otros escalafones de la red criminal.
Junto a esta mujer, que se encuentra en prisión preventiva en el centro penitenciario de Asturias, fueron detenidas otras seis personas en Galicia. Entre ellas se encontraba Juan CarlosSantorum, quien supuestamente lideraba la operación para introducir casi cuatro toneladas de droga en el buque mercante Karar justo durante la época del confinamiento. Estaba –y está, porque tras este último arresto también fue puesto en libertad con cargos– a la espera de ser juzgado y afronta 18 años de cárcel por tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal.
Porque al igual que ocurrió con el Karar, procedente de Sudamérica, en la inmensa mayoría de operaciones la droga llega por mar hasta la línea de la costa gallega –o el occidente asturiano– y se produce la descarga de los barcos a cargo de los narcolancheros. Una vez en tierra firme, llegan los cambios de rumbo: la droga es llevada a los escondites a la espera de ser distribuida. Esas guaridas son las que en los últimos tiempos se han detectado en Asturias.
Detenidas 25 personas, entre ellas un constructor gijonés, tras localizar 460 kilos de cocaína en un barco procedente de Trinidad y Tobago.
El grupo de narcos gallegos liderado por 'El Matador' caía en Siero con 600 kilos de cocaína.Utilizaban una nave como almacén de la droga.
El barco procedente de Colombia fue abordado en la costa de Lugo con 1,8 toneladas de cocaína. Estuvo fondeado dos años en El Musel.
El clan gallego de Vilanova de Arousa, involucrado en grandes operaciones de descarga de cocaína durante décadas, fue detenido por su vinculación con el narcotráfico en Gijón.
En julio, antes de que se materializase la descarga, fue interceptado en alta mar, a la altura de Cabo Verde, un barco con 460 kilos de cocaína que habían sido cargados en Trinidad y Tobago. Entre los detenidos, como uno de los líderes de la organización, figuraba un constructor gijonés, Juan B. C., quien, supuestamente, ocupaba uno de los puestos de mando en la trama y pretendía hacerse cargo del alijo en tierra una vez materializada la descarga, previsiblemente en las costas de Portugal pero con destino final en Galicia y Asturias.
Las relaciones entre los narcos gallegos y los asturianos no es nueva. Pero lo que es novedad es que utilicen la región como depósito para las sustancias estupefacientes. En 2018 un empresario gijonés fue detenido en el marco de una operación policial contra un histórico clan de la droga de la ría de Arousa, Os Piturros. El gijonés era el encargado de transportar la cocaína desde Pontevedra a Asturias aprovechando sus viajes para recoger en Galicia marisco y pescado.
Las últimas grandes operaciones contra el tráfico de drogas en Asturias han tenido tentáculos en Galicia y Sudamérica y han sido dirigidas por grupos especialistas de la lucha contra los narcotraficantes a nivel nacional y también por la DEA internacional. La mejora en las comunicaciones por carretera desde Galicia ha contribuido a la mayor presencia de los narcos gallegos. Se han abierto nuevas carreteras, pero también nuevas vías para que los grupos organizados busquen cobijo más allá de sus demarcaciones habituales, donde se sienten vigilados y también perseguidos.
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