Elena Rodríguez
Jueves, 13 de agosto 2015, 04:50
46 universitarios de todo el mundo navegan estos días a bordo del Creoula, el buque-escuela de la Marina portuguesa, en el que durante doce días participan en el primero de los dos cursos organizados por la Universidad Itinerante del Mar (UIM). Esta iniciativa formativa impulsada por la Universidad de Oviedo a través del Centro de Cooperación y Desarrollo Territorial (CeCodet), la Universidad de Oporto y la Escuela Naval Portuguesa cumple una década de vida. Lo hace con un balance de 16.322 millas recorridas y 3.200 horas de navegación, y para celebrarlo, Oporto acogió un acto conmemorativo antes de partir.
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Fue el último día de julio, en la nueva terminal de cruceros del puerto local de Leixões, en el edificio curvilíneo del arquitecto Luis Pedro Silva y que recuerda al de Niemeyer en Avilés. En este moderno enclave donde la Universidad de Oporto tiene sus institutos de investigación sobre asuntos marinos se reunieron estudiantes, profesores y directores que han vivido esta experiencia. Estuvo presidido por Sebastião José Cabral Feyo de Azevedo, rector de la Universidad de Oporto, que este año toma el relevo de la de Oviedo y asume la organización de los cursos de mar. Tras esta toma de contacto, los universitarios embarcaron el pasado día 2 en Oporto, rumbo a las Islas Berlengas.
A bordo conviven españoles, portugueses, angoleños, mozambiqueños y brasileños. Universitarios de todo el mundo a los que, aunque estudian disciplinas muy diversas Geografía, Medicina, Marina Civil y Administración de Empresas les une un mismo objetivo: ampliar conocimientos y vivir toda una aventura en alta mar. Hasta el próximo viernes, día 14, adquirirán una formación complementaria a bordo de uno de los pocos buques-escuela que compatibilizan el uso civil y militar. Aprenderán geopolítica, biología, economía relacionada con el mundo marítimo, navegación... Porque de lo que se trata también es de que «amplíen su conciencia marítima», para lo que trabajarán en equipo junto con la tripulación, implicándose en las tareas del buque y realizando guardias en los cuatro mástiles del Creoula.
Se aproximarán también al mundo periodístico, con la publicación diaria de Alvorada, un taller en el que este año el Jornal de Noticias toma el testigo de EL COMERCIO. Y toda esta cooperación la trasladarán, una vez finalizada la experiencia, a proyectos de emprenduría, demostrando lo aprendido y su capacidad para asumir proyectos.
Su primer fondeo fue el jueves, frente a las Islas Berlengas, a donde se dirigieron en lanchas semirrígidas. Allí fueron recibidos por representantes de la Cãmara Municipal de Peniche, recorrieron el terreno y visitaron sus museos. El siguiente tuvo lugar el viernes el Porto Santo, a 40 kilómetros al nordeste de Madeira, y ayer llegaron a Funchal, la capital de Madeira, donde realizaron un intercambio con el Jardín Botánico, al que entregaron ejemplares de plantas procedentes del Botánico de Oporto y conocieron el Museo de la Ballena. Ahora les quedan cinco días de travesía hasta llegar a Lisboa, donde desembarcarán.
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