Rosalía Agudín
Jueves, 16 de julio 2020, 13:14
Tantos días de sol seguidos perjudican especialmente a las paragüerías. Gerardo Mendoza es propietario de Sondova, la mítica tienda de la calle Ramón y Cajal de Oviedo. Lleva más de media vida dedicado a este sector. Primero como representante y, durante una época de ... su vida, hasta los fabricó.
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Mendoza era proveedor de las antiguas dueñas de esta tienda, que suma ocho décadas de vida. Hace casi un lustro le ofrecieron seguir con el negocio. Ellas se jubilaban y Mendoza no lo dudó. «Dijimos que sí porque llevamos tanto mi mujer como yo muchos años en este mundo. Tenemos un canal de distribución por toda España que mantenemos».
Como la mayoría, el matrimonio no contaba con que en una de las épocas del año con más lluvias se vería obligado a cerrar su negocio por culpa del coronavirus.
Tras dos meses sin actividad, reabrieron con los primeros pasos de la desescalada, pero desde entonces las lluvias han escaseado: «La situación está muy complicada. Llevamos dos semanas de sol, con temperaturas elevadas y por las tardes hay muy pocas personas por la calle», confesaba a principios de junio.
Además, y según indica Mendoza, el alto número de contagios «ha quitado las ganas de comprar». Muchas personas han bajado sus ingresos porque están en un ERTE o los han despedido.
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