«Cada vez que abro me gusta ese olor a libro»

«Yo llevo al pie del cañón desde 1969. Primero empecé echando una mano a mi padre durante las vacaciones, y luego ya me incorporé de manera definitiva», explica la primera. Asegura que siempre tuvo claro que su destino era continuar con el comercio que levantó su padre. «No se me planteó disyuntiva. Como me gustó, siempre tuve claro que este sería mi sitio».

Esta librera de cuna ama a los libros, su lectura y hasta su aroma. «Yo cada vez que abro la librería me gusta ese olor a libro que desprende. Este es un trabajo muy especial». Tiene la suerte de trabajar en lo que le gusta y con lo que le apasiona. «El libro como objeto es perfecto en sí mismo. Solo con cogerlo en las manos ya sabes lo que tienes que hacer con él», ríe mientras lo cuenta.

Un sentimiento que brinda a su clientela, a la que en estos tiempos de pandemias solo les pide una cosa: «Que los oventenses crean en el comercio de proximidad».

Porque asegura que esta crisis sanitaria «ha sido dura» pero está convencida de que «con un libro se saldrá mejor de ella».

Para abrir boca recomienda uno en homenaje a una de las víctimas de esta pandemia, el escritor chileno pero afincado en Asturias Luis Sepúlveda. «Valdría cualquiera de él, pero yo recomiendo su última obra, que se va a publicar ahora en mayo, 'Historia de Mix, de Max y de Mex'».

Cuando se le pregunta si la gente sigue leyendo, contesta rápido: «Yo solo conozco lectores».

Los que se acercan a este local, en el que muchos padres compraron el primer libro a sus hijos y ahora lo hacen con sus nietos, María Jesús y Ángeles los reciben «con el mismo entusiasmo».