«Hay que reinventarse porque todo está parado»

Fue entonces cuando emprendió montando otro negocio. Cogió un local en el centro y se dedicó al diseño de abalorios. Su nombre, Gulpy. Poco a poco fue consiguiendo nuevos clientes.

Ahora pasa, de nuevo, por malos momentos. Se vio obligada a cerrar durante dos meses por culpa de la crisis sanitaria del coronavirus. Durante este tiempo no tuvo ingresos, pero sí gastos. Los recibos no dejaron de llegar.

Con la fase uno de desescalada volvió a abrir su tienda. Le tocó renovarse dentro de un negocio ya montado. Una de sus cualidades es el diseño sobre cuero. Ha hecho un portavasos de sidra y una funda para meter los geles hidroalcohólicos.

«Hay que reinvertarse porque todo está parado. La gente poco a poco se va animando y yo ya tengo encargos. Gracias a ellos voy saliendo, porque ahora de los abalorios no podría vivir. Tendría que cerrar la tienda».