Rosalía Agudín
Jueves, 16 de julio 2020, 11:33
Muchos recuerdos de niñez de Marta del Río se sitúan en la tienda de su padre, Ángel del Río. En los rincones del local de la calle Melquíades Álvarez jugó y echó una mano cuando se hizo mayor. Estudió Económicas y luego pasó ... a formar parte del negocio familiar.
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Ella está ahora al frente de uno de los buques insignia de la empresa, Del Río Uribe. Hasta febrero se ubicaba al lado de la basílica de San Juan, pero hace varios meses se mudaron al número 10 de Marqués de Pidal.
Al poco de hacerlo tuvieron que cerrar; la pandemia les obligó a bajar la persiana durante dos meses. Han vuelto, y con mucha más fuerza. «Necesitaremos tiempo para adecuarnos a la nueva situación, pero lo hacemos sin perder la ilusión. En moda siempre hay que estar al día y yo me hago exámenes a mi misma».
Tener un negocio así exige estar pendiente de las tendencias y saber si los clientes están dispuestos a apostar por ellas: «Tengo una base muy buena gracias a lo que aprendí de mi padre, pero también hay que tener nociones de psicología para saber si convencen al público».
Su instinto lleva años dando en el clavo y ahora no será menos. La gente «poco a poco» se está animando a entrar a la tienda a mirar y acaba comprando. «Los clientes están respondiendo muy bien tras la reapertura», agradece.
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