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Optimista pero con los pies en la tierra. Así se muestra Cristina García Muñiz, que lleva más de dos décadas dedicada al comercio. Regenta desde 2012, en El Fontán, el establecimiento La Cestería Fran Wood. Antes lo hizo en la calle Magdalena. También ... trabajó en hostelería y, mucho antes, en Cruz Roja. «Estudié Trabajo Social y los primeros años, tras finalizar la facultad, intenté dedicarme a ello. Trabajé en el servicio de teleasistencia de la Cruz Roja porque siempre me gustó el trato con el público».
Una cualidad de la que ha sacado partido, incluso en estos meses de cierre obligado. Esta comerciante con don de gentes se mantiene optimista a pesar de la crisis sanitaria. No le gusta hablar de «temor» del comerciante ante esta nueva situación, sino de «retos» por delante. «La palabra miedo la quiero alejar. En todo caso, lo que hay es incertidumbre y un reto que pasa por cambiar y afrontar la venta de otra manera. Hay que reciclarse«.
De ahí que siga compaginando la atención habitual en tienda con la cita previa: «Esto funcionó muy bien, el cliente siente un trato más individualizado». Ahora, encara el futuro con respeto y a la espera de que todo vuelva a su cauce y si no, «ya estamos preparados, sabemos hacer las cosas».
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