«Pasar aquí una jornada era mi Mercaplana particular»

Carlos González es la tercera generación de La Casa, un comercio que atiende en la avenida de la Argentina

Miércoles, 15 de julio 2020, 18:03

Publicidad

Carlos González ha roto el maleficio de que la tercera generación hunde un negocio. Su abuelo fundó La Casa, su progenitor prosiguió la tradición y ahora él, desde hace más de dos décadas, ha logrado engrandecerlo. Quiso estudiar Periodismo. «En el colegio me ... decían que no se me daba nada mal», pero la vida le llevó por otro camino. «Estudié administración de finanzas para ayudar a mi padre». Su afición por escribir lo vuelca, de hecho, en las redes sociales del establecimiento. «Es una forma de alejarme del día a día del trabajo. Allí hablo de música, de cine con humor».

Y en muchas de las imágenes que acompañan a sus textos aparece su hijo Carlos, de 9 años. «Le visto de rojo, el color que identifica a la tienda y lo incluyo en muchos post».

Se considera una padrazo y le gusta ver a su pequeño paseando por el establecimiento como hiciera él en su niñez. «Se queja de que llego tarde a casa, que estoy todo el día trabajando. El otro día me hizo un dibujo en el que estaba yo detrás del mostrador. Se me caía la baba. Me gustaría que estudiara y luego si decide entrar en el negocio, yo encantado».

De estos días complicados recuerda el cariño con el que le recibieron sus clientes habituales. «Muchos se acercaron solo a saludarnos, a ver cómo estábamos, y eso es muy emocionante». A alguno, bromea, «lo he visto con unos kilos de más».

Carlos González dice que se considera una persona «muy alegre, de risa fácil, muy extrovertida» y que disfruta con las relaciones sociales. «Sustituyo la timidez que siempre tuve, tratando con la gente».

Publicidad

Otra de sus pasiones era y sigue siendo el baloncesto. «Competí a nivel autonómico con el equipo de la tienda y sigo jugando. A los 10 años ya correteaba por la tienda. «Pasar aquí una jornada era mi Mercaplana particular». No es muy lector, aunque el pasado día del libro publicó en las redes una imagen leyendo el manual de una lavadora. Los electrodomésticos que le rodean «no se caracterizan por la belleza pero yo intento humanizarlos».

Viajero, «menos de lo que me gustaría», recuerda con especial cariño Praga y Budapest. Juzga necesario «tener amor y pasión por lo que haces; pues todo pasa rápidamente. Me da la impresión de que hace dos días correteaba por la tienda de mi abuelo y ahora veo a mi hijo haciendo lo mismo».

Publicidad

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3 meses por solo 1€/mes

Publicidad