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Orlando Fernández Miranda es feliz. Está trabajando en lo que le gusta, vive en Gijón, «la mejor ciudad del mundo», y huye del «lamento continuo» que rodea a la sociedad en la que se mueve. Es activo, entusiasta y busca la conciliación. Sobre ... esta base ha forjado su negocio: Academy, una firma que ya cuenta con cinco establecimientos (acaba de abrir en mayo el último de ellos). Junto a su hermano Jaime, regenta una serie de tiendas en las que la ropa y calzado de calidad y marca son su seña de identidad.
Hace 31 años montó el primer comercio. «Mi madre tenía una tienda en Pumarín, el barrio en el que vivíamos. Era de modas de novias. Yo estudié Moda y Confección en el Instituto de Pumarín, un módulo de FP. Eran 180 chicas y yo. Mi hermano hizo Administración». La progenitora aspiraba a que sus hijos siguieran con el negocio de barrio, pero a ellos no les gustaba ese sector. «Acompañaba a mi madre cuando iba a comprar ropa para el establecimiento. En una ocasión vi unos jerseys que me gustaron y compré unos cuantos con la idea de venderlos». Ese verano vendió los 160 jerseys que había adquirido. «Mi madre decía a las clientes: «Comprad al neñu un jersey». Fue el primer paso». Comenzó con su hermano y tres décadas después siguen complementándose y disfrutando. «Para ser feliz no se necesita mucho. Hay que ser honrado, ser lo más libre posible. Para mí, tener éxito en la vida es ser feliz y disfrutar con lo que haces», resume.
Ahora están preparándose para la época estival. Por eso, la larga cola de aspirantes a las dos plazas que ofertaban en mayo era, cuando menos, llamativa. «He entrevistado a casi 90 personas para dos puestos. Queremos contar con personas que realmente se sientan con ganas de trabajar con nosotros, entusiastas porque a nuestros empleados, tras el primer año de trabajo con nosotros, les hacemos fijos».
Orlando es, además, un apasionado de la fotografía. Por ello, en la tienda que acaban de abrir en la calle Jovellanos han incluido un espacio para la exposición de imágenes. Muchas de ellas corresponden a los viajes que ha ido realizando a lo largo de su vida. «Me encanta viajar. Acabo de llegar de la Antártida. He recorrido muchas partes del mundo». Precisamente, de uno de sus primeros viajes salió el nombre de su firma. «Fui a Bournemouth, en el sur de Inglaterra, y allí estuve en una discoteca. Fue la primera vez que ligué, y la sala en cuestión se llamaba... Academy. Me pareció que era un bonito homenaje».
Considera que las «tiendas guapas» son el futuro y con ellas Gijón será «más atractiva para el turismo. No queremos montar tiendas fuera de esta ciudad porque esta lo tiene todo». Apostilla, no obstante, que «crecer, hoy en día, es casi un milagro. Hay que tener la mente abierta y, sobre todo, pensar que lo más importante es lograr ventajas para tus clientes». Y añade: «Hay que vender. Es interesante y mola».
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