![La científica Quimi con una alumna del colegio García Lorca.](https://s1.ppllstatics.com/elcomercio/www/multimedia/2025/02/10/102239363-kaMF--1200x840@El%20Comercio.jpg)
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Recuperar el trabajo de las mujeres en la ciencia tiene una doble función: por un lado, darles el lugar que se merecen –tantas veces ignorado– y, por otro, que las más pequeñas tengan un espejo donde mirarse a futuro.
Hoy conmemoramos el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia y el vídeo que acompaña a esta información, realizado con la colaboración de Gijón Impulsa, Caja Rural y Fade, es una clase magistral de la científica Ana María Fernández, también conocida como Quimi. Un taller creado para que niños y niñas se acerquen a la ciencia y «pierdan el miedo a cacharrear», que –insiste– es lo más importante a la hora de despertar su curiosidad.
Además, antes de empezar, los niños podrán escucharla hablar de nombres como el de Ida Noddack, Marguerite Perey, Lise Meitner o Marie Curie, tan importantes por sus aportaciones a la ciencia para que, cuando se pregunten qué quieren ser de mayores, tengan cada vez más referentes en los que fijarse. Y es que, según advierte la científica, dedicada desde hace años a la divulgación en la infancia, la curiosidad en niños y niñas es la misma, aunque quizá en ellas «es más silenciosa».
El taller consta de dos experimentos en los que los más pequeños podrán descubrir la aportación de la química a la cocina. Porque también considera esencial «conectar» la ciencia con otras disciplinas para «dejar de verla como algo aislado».
En el primer experimento, con ayuda de alginato y cloruro de calcio, realizarán una esferificación, una técnica con la que podrán encapsular agua en pequeñas burbujas. Necesitarán, admás de los ingredientes ya mencionados, vasos medidores, una cuchara, espátula, cuchara esferificadora, jeringa, pipeta, batidora y placas de Petri, plato o vidrio de reloj.
Y una vez finalizado este, pueden embarcarse en el segundo: 'Transformando texturas'. Aquí podrán alterar por completo una crema de cacao hasta conseguir que parezca arena (¡pero todavía comestible!). Solo necesitarán algunos utensilios de cocina, una placa de petri, plato o vidrio de reloj, maltodextrina de tapioca y crema de chocolate con avellanas,
Dos actividades que, con materiales que pueden estar al alcance de su mano, les permitirán disfrutar mientras se dan cuenta de que la ciencia, en realidad, está en todas partes.
La investigadora insiste: los referentes los podemos encontrar a pie de calle, no hace falta buscar en grandes laboratorios para encontrarnos con mujeres que dedican su vida a la ciencia. Sin ir más lejos, las niñas que participen en el taller siempre podrán fijarse en ella.
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Martin Ruiz Egaña y Javier Bienzobas (gráficos)
David S. Olabarri y Lidia Carvajal
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