El voleibol de Corvera lleva su nombre

Porque él, que se licenció en Magisterio por Educación Física y después opositó a la Policía Local, sabe que el voleibol jamás tendrá la relevancia que el fútbol, pero ver el polideportivo de Corvera lleno cada vez que juega la Agrupación Deportiva Los Campos lo compensa todo. Y si encima ganan sus equipos, lo cual es muy posible, la satisfacción es plena.

Es la de Jesús una vida por y para el voleibol. Exjugador, entrenador, directivo de la A. D. Los Campos y de la Federación Asturiana de Voleibol, está casado con Sandra, que fue jugadora, y tiene dos hijos que también practican este deporte, con mención especial para ella, para Leire Iglesias, que a sus quince años lo gana todo.

Nunca fue la intención de Jesús implicarse tanto. Simplemente sucedió. Fue un niño y adolescente activo, que empezó probando baloncesto, pero que se pasó con el resto del equipo al voleibol cuando lo sugirió el entrenador. Como necesitaban un club para jugar, en 1987 crearon la Agrupación Deportiva Los Campos, que comenzó con diez jugadores y ahora tiene a 150 con equipos (abonados al triunfo) en todas las categorías. Llegaron a tener equipo en Primera División en 2014 y él entrenó al equipo senior que ascendió a Primera Nacional y Súper Liga 2 (donde juega el Sporting y el Oviedo).

Es como entrenador cuando saca su faceta más seria, distante incluso, muy alejada de una amabilidad que le granjea no solo la simpatía de las familias del club sino hasta del alcalde, que construyó para el club una pista de voley playa, modalidad en la que también compiten.

Su capacidad, además, para analizar el futuro con cabeza fría le ha aconsejado este año soltar un poco de lastre. Sus jefes y compañeros de la Policía Local de Gijón le dan todas las facilidades del mundo, pero la energía se va resintiendo. Además sospecha que tendrá que echar el resto en breve ya que, dado el potencial de su cantera, anticipa la creación de un grupo femenino nuevo de categoría nacional. Y Jesús, por supuesto, estará con él.