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La convivencia es uno de los aspectos más difícil a los que debemos hacer frente a lo largo de nuestra vida y en las comunidades de vecinos siempre hay pequeños roces que son inevitables. Pero los problemas de verdad surgen cuando hay uno o ... varios residentes que increpan, amenazan e intimidan al resto. Y eso es precisamente lo que están sufriendo desde hace dos años los vecinos de portal número 3 de la calle Principado de Asturias, en Versalles, por parte de una familia de okupas que se han instalado de forma ilegal en uno de los bajos del edificio.
«Los problemas comenzaron en el año 2020, cuando el propietario del piso y sus herederos fallecieron, entonces esta familia se metió en su casa y desde entonces no ha habido forma de sacarlos de allí», explican el resto de vecinos de la comunidad, que han hecho piña contra ellos, pero prefieren permanecer en el anonimato «por miedo a las consecuencias».
Y es que los problemas no se limitan solo a desperfectos en las zonas comunes o el hecho de que la familia de okupas haya 'pinchado' la luz de la comunidad. «Lo grave es que en esa casa se trapichea con drogas, es un ir y venir de gente todo el día y cuando les dices algo te insultan y amenazan o incluso te lanzan cosas por la ventana, vivimos con el miedo en el cuerpo porque nunca sabes si te van a hacer algo en el portal», confiesan las otras doce familias que residen en el edificio, en su mayoría gente mayor con problemas de movilidad.
«Precisamente llevamos tiempo tratando de estudiar la posibilidad de instalar un ascensor, como han hecho en otras comunidades del barrio, pero en este plan es imposible porque esta gente no paga y tampoco parece que lo vayan a cuidar mucho que digamos», lamentan los afectados.
Estos hechos ya se han puesto en manos de las autoridades, tanto de la Policía Nacional como del propio Ayuntamiento de Avilés a través de escritos por registro, «pero aquí nadie hace nada, viene a ver qué pasa pero nos dicen que no pueden echarlos si la familia no hace nada, y los herederos están desaparecidos», indican los vecinos, que reconocen estar «desesperados» por esta situación de convivencia. «Así no se puede vivir», claman.
Además de todos estos problemas, que en los últimos meses incluso han derivado en amenazas y robos, los vecinos quieren denunciar a los okupas de maltrato animal. «Pegan a sus dos perros constantemente y, cuando les hemos dicho algo al respecto, te amenazan, te dicen que te van a cortar el cuello o a quemar el pelo», aseguran con consternación.
Con esta situación, los vecinos esperan que la exposición pública de su caso les ayude a sacarlos del edificio cuanto antes. «Están recibiendo el correo del antiguo propietario, tienen sus datos y eso tiene que ser ilegal, que hagan algo de una vez».
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