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La inteligencia artificial (IA) parece dominar la conversación pública. Los programas que emplean esta tecnología son ya de uso cotidiano y cada dos por tres ... salta una alerta advirtiendo sobre un vídeo, una fotografía o un texto realizado con IA. Aparte están las aplicaciones en el ámbito industrial y sanitario. Son avances, sin duda, pero no se está ante la revolución que parecen preceder. Es más, en opinión de Amador Menéndez, investigador de la Fundación Idonial, «estamos viviendo una burbuja de la inteligencia artificial, se sobre exagera su potencial».
Menéndez, que acaba de recibir el X Premio de Periodismo Científico, en la categoría de divulgación científica, galardón de concedido por Transfiere, aseguró ayer en la sesión del IND+I Club que por primera vez se celebró en Avilés, en el Espacio Maqua, que «una de las grandes revoluciones del futuro serán los materiales inteligentes».
Estos son los que «dialogan con su entorno y ofrecen respuestas determinadas a estímulos específicos». Por ejemplo, unas gafas de sol fotocrómicas, cuyos cristales se oscurecen o aclaran en función de la cantidad del sol.
Aunque «la próxima gran revolución serán las ventanas inteligentes», las que regulan el flujo de luz y calor en las viviendas, ahorrando así en calefacción y refrigeración que hoy suponen el 40% del consumo energético de los edificios.
Si la investigación se lleva al campo de la salud humana, las nanopartículas contra el cáncer al introducirlas en el torrente sanguíneo son capaces de discriminar las células cancerígenas de las sanas y atacar solo a las primeras. Pero se puede ir un paso más allá con los fotofármacos, fármacos que se activan con luz. Al tomarlos se extiende por todo el cuerpo, pero solo donde se ilumina se activa el fármaco. Se consigue, por tanto, selectividad espacial y temporal.
Este es principalmente su campo de investigación y el que mayor recorrido parece tener dado que, según explicó, la IA ha conseguido grandes avances en proyectos muy concretos, lo que se llama IA estrecha (coches autónomos o máquinas que ganan al ajedrez a un campeón mundial), pero no han logrado «el gran sueño de la inteligencia artificial general: máquinas que superen al ser humano en cualquier actividad cognitiva». Y se está muy lejos de ello porque apenas se conoce el funcionamiento del cerebro, luego difícilmente una máquina podrá hacerlo.
La segunda ponente, Laura García, investigadora en la empresa ROOM2030, especializada en la construcción industrializada, presentó un informe de Construct Innovate sobre la aplicación del diseño para la fabricación y ensamblaje en los nuevos métodos de construcción y en el diseño para reutilización.
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