ruth arias
Martes, 30 de octubre 2018, 13:56
Eran alrededor de las diez de la mañana cuando Carlos Martínez Acevedo, Víctor Calota y David Román comenzaron a llegar a San Juan de Nieva con sus bártulos. Su huelga de hambre había comenzado ya antes de esa hora, en un desayuno que hoy ... ya pasaron por alto. Víctimas de una intoxicación por mercurio cuando trabajaban en la parada de Asturiana de Zinc hace ahora seis años, exigen que la compañía y la mutua Fremap cumplan el protocolo firmado con los acfectados y pongan a su disposición especialistas que les atiendan.
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El Ayuntamiento de Castrillón les ha dejado una caseta de madera en la que, de momento, guardan sus enseres. También se han llevado la tienda de campaña que ya usaron en otra huelga de hambre, la que llevaron a cabo en el año 2013 con unas exigencias muy parecidas a las de ahora.
A lo largo de la mañana apenas han estado solos, representantes de distintos partidos políticos y sindicatos han pasado por allí para interesarse por su situación y darles ánimos. Su lucha comienza hoy, pero están decididos a mantener la huelga hasta que consigan su propósito. «Vamos a aguantar todo lo posible», aseguran.
En los próximos días sobrevivirán gracias a bebidas isotónicas y algo de café. Y lucharán contra el frío y las inclemencias del tiempo. «Creemos que lo que pedimos es justo», aseguran a la espera de una respuesta por parte de la empresa.
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