El Niemeyer colinda con una gran parcela en desuso, propiedad de Sepides, donde se ha proyectado la Isla de la Innovación. FOTOS: MARIETA

La olvidada trastienda del Niemeyer

Los terrenos abandonados están colonizados por maleza, plumeros de la pampa y basura El estado de las parcelas de la futura Isla de la Innovación desanima al turista

ALEJANDRO L. JAMBRINA

AVILÉS.

Domingo, 8 de diciembre 2019, 02:29

Desde su inauguración en el mes de marzo de 2011, el Centro Niemeyer se ha concebido como un reclamo para revitalizar la ciudad, ponerla en el mapa mundial y atraer turismo gracias a un binomio que se apoya en su arquitectura singular y su ... programa cultural.

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Problemas económicos a parte, una de las flaquezas que el Niemeyer arrastra desde sus inicios es un entorno poco atractivo que no anima al turista a visitarlo. Siempre que quienes no conocen la ciudad sean capaces de llegar hasta el otro lado de la ría en coche sin dar unos cuantos rodeos de más. El puente azud venía siendo hasta ahora el vial principal de llegada al Parque Empresarial Principado de Asturias (PEPA) y también al único acceso para vehículos con que cuenta el Niemeyer. Una vez ahí, lo cierto es que la carretera que los visitantes recorren hasta llegar al aparcamiento del centro cultural no augura una gran experiencia.

Hoy en día, este acceso discurre en paralelo a un gran terreno sin uso, lleno de maleza y plumeros de la pampa, cuyas verjas están rotas en diferentes puntos y por ellas suele acceder la gente sin permiso, llenando de basura el entorno. Esta gran parcela es propiedad de Sepides y debe ser el espacio donde se lleve a cabo parte del plan Isla de la Innovación, ambicioso proyecto que desde hace años espera una definición concreta. Al otro lado de esa misma carretera quien acceda con su coche al Niemeyer se encontrará con grandes montañas de escombros y una vía abandonada e invadida por la vegetación que forma parte de los terrenos del puerto de Avilés y la concesión a ArcelorMittal. No obstante, el puerto está culminando un proyecto que pretende mejorar esa visión con una pantalla arbórea.

Accesos peatonales

Existen otras formas de llegar hasta el Niemeyer a pie. Al situarse en la margen izquierda de la ría, el visitante debe cruzar por uno de los dos puentes que lo conectan con el centro. Si se elige el de la avenida de Conde de Guadalhorce, se debe sortear el paso a nivel de Larrañaga, que lleva años en el foco del debate por su peligrosidad, y después uno de los semáforos que más tiempo permanece en rojo para los peatones de toda la ciudad.

La otra opción es cruzar desde la plaza de la Antigua Pescadería para después atravesar el puente de San Sebastián hasta la puerta principal del recinto. Cerca de este punto se encuentra el apeadero de Feve, cuya vía más cercana al Niemeyer se retiró hace tres años para abrir dos accesos entre andenes que ahora están abandonados y fuera de servicio. Esta mala imagen del entorno se culmina con la parte trasera del apeadero, un espacio invadido por los plumeros que siempre está embarrado. Los vecinos también han denunciado que es un punto de consumo de alcohol y drogas.

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