Transición Ecológica licita la reforma de la depuradora de Maqua por casi 40 millones

La empresa que resulte adjudicataria tendrá que redactar el proyecto, para lo que contará con cuatro meses, y luego será también la encargada de ejecutarlo, para lo que dispondrá de otros treinta meses, dos años y medio. Con lo que los trabajos de construcción, si los tiempos previstos se cumplen, arrancarían a finales de este año y estarían finalizados en el verano de 2024.

Quienes concurran a este concurso del Ministerio de Transición Ecológica cuentan hasta el 26 de febrero para presentar sus ofertas y a partir de marzo comenzarán los procesos para la adjudicación con las aperturas de los distintos sobres con la documentación solicitada, el último a principios de mayo, con lo que en junio podría estar ya adjudicada la renovación de esta instalación clave en el saneamiento comarcal.

El anteproyecto que aporta ya el Ministerio para esta obra recoge todos los nuevos elementos que tendrá la depuradora para mejorarla, como una línea de desbastes de gruesos, un tratamiento físico-químico y decantación lamelar de pluviales, una arqueta de bombeo de tratamiento secundario, un reactor biológico, decantación secundaria, una arqueta de recirculación y fangos, gasómetro o antorcha, entre otros elementos.

En el anteproyecto se dice expresamente que «a la vista de los problemas existentes en la EDAR actual, se considera que el sistema de desodorización existente es insuficiente». Así, el nuevo sistema estará basado en la ampliación del sistema de tratamiento a otro de mayor capacidad, el recubrimiento de determinados elementos de la estación depuradora actual y la mejora de los picajes.

Además, ya se parte de la base de que la mejora del proceso de tratamiento producirá una reducción del sulfhídrico generado en la planta, lo que también mejorará las características del aire a tratar.

La intervención prevista con nuevos biofiltros percoladores será en zonas concentras de las instalaciones: la zona de obra de llegada y pozo de bombeo, la zona de pretratamiento y la zona de fangos y tratamiento de homogeneización.

Además, se cubrirán los depósitos mediante una estructura formada por diferentes módulos de perfil ovalado, ajustados a las dimensiones del depósito. Y se modificará la estructura de la cúpula para evitar la acumulación de olores y la salida de los mismos por las rendijas entre cada una de las piezas que la forman.

Con todo, el estudio realizado sobre las consecuencias de esta reforma concluye que «la emisión de olores no incidirá en el entorno y no provocará molestias».

En todo caso, se plantea la instalación de medidores de gases para así tener una información en continuo sobre los niveles de olores, pudiendo detectarse valores atípicos y tomar las medidas correctoras adecuadas. Esto en el interior, pero en el exterior también se propone la instalación de un medidor automático de olores (nariz electrónica) en las inmediaciones de la parcela para establecer un nivel de alarmas que permitan evitar alcanzar umbrales que puedan ser detectados por el entorno.