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Los avilesinos disfrutaron este domingo de un gran inicio de las fiestas de El Bollo con un desfile de carrozas en el que las tradición asturiana y la historia de Avilés estuvieron muy presentes. El momento más importante del día de Pascua fue ... sin duda el pregón, que sirvió como anticipo al desfile y también como pistoletazo de salida de las fiestas. El discurso corrió a cargo del reconocido músico Tino di Geraldo, francés de nacimiento pero con raíces y alma avilesinas, que sacó pecho de su «asturianía» y ofreció un pregón muy emotivo en el que estuvo muy presente su familia.
«La verdad es que siempre se me ha dado mejor hacer música que hablar en público, por eso os puedo asegurar que en la vida me habría imaginado que un día iba a hacer esto, pero es un honor y un privilegio ser pregonero de esta fiesta tan bonita y tan singular como es El Bollo», confesó el pregonero con cierta humildad al inicio de un discurso en el que se acordó especialmente de sus hermanas y de su madre. «Sé que ella es la fan número uno de esta fiesta, no se pierde una, y como le hace ilusión que su fío sea pregonero, lo voy a hacer lo mejor que pueda».
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Reconoció el pregonero que por su nombre a menudo le preguntan si es italiano o la gente se cree que es francés por haber nacido en el país vecino. «Yo tengo que explicar que Di Geraldo fue una broma que se convirtió en mi apellido artístico y si me preguntan que si soy francés por haber nacido en Francia me lo ponen a huevo para soltar ¡los avilesinos nacemos donde nos da la gana!», bromeó.
Poco a poco, Tino di Geraldo fue relatando a las cientos de personas que se congregaron en la plaza de España su infancia entre Avilés y Toulouse, recordó que «cada año veníamos a pasar las vacaciones de verano aquí y era el mejor momento del año, mi hermana Tina y yo íbamos tachando los días en el almanaque dos meses antes y creo que nunca sentí tanta felicidad como la que sentía en el momento de subirnos al coche rumbo a Avilés porque de rapacín para mí era un lugar totalmente mágico», confesó el músico.
De aquella villa que recorrió tantas veces durante su infancia también recordó junto al público «el puerto con sus barquitos, las calles con sus soportales, la fuente de las caras de San Francisco que me tenía loco y me impresionaba, la atmósfera y el olor tan particulares que había en los chigres y esa forma tan rara de beber, con la botella arriba y el vaso abajo», relató desde un escenario en el que estuvo acompañado de representantes institucionales y también de la Xana, la Xanina y sus damas de honor.
Reconoció también Tino di Geraldo que hay una frase que suele repetir a menudo cuando recorre distintos países en los que toca con los mejores artistas internacionales. «Cuanto más viajo, más me gusta Asturias, y según van pasando los años cada vez más».
«Llevo casi, o sin casi, cuarenta años viajando por el mundo. Hay sitios espectaculares y sorprendentes, pero no hay nada que se parezca a Asturias y, por supuesto, no me refiero sólo a lo geográfico, sino también al carácter, a la cultura y la idiosincrasia del pueblo asturiano», señaló el pregonero.
También quiso poner de manifiesto las bondades de su Avilés recordando una curiosa anécdota. «Resulta que un día salía de un hotel aquí en Avilés y escuché a una señora decir a otra que si se imaginaba vivir en un sitio tan bonito como este. Pues me di la vuelta y resulta que era nada menos que Concha Velasco», comentó con humor el pregonero.
En definitiva, Tino di Geraldo firmó un pregón breve y emotivo que cerró confesando ante sus vecinos que «cada día me siento más afortunado de poder decir por el mundo que soy de Avilés. Que disfrutéis de la comida de la compañía y de la música. Un abrazo y mucha salud para todos», concluyó antes de recibir un fuere aplauso y una ovación por parte del público avilesino.
Tras el pregón tomó la palabra la alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, que quiso poner en valor El Bollo como «una fiesta centenaria en el corazón de una ciudad milenaria, que expresa el espíritu de unidad, colaboración y concordia que en su día se erigió como elemento de confraternización entre los barrios de Rivero y Sabugo, y que hemos sabido convertir, a lo largo de estos años, en una demostración de esos valores con los que Avilés siempre afronta su futuro», en un breve repaso a la historia de esta fiesta popular.
Recordó la regidora que este año, además, está presente en las fiestas delegación de la ciudad hermanada de San Agustín de la Florida, encabezada por su vicealcaldesa, Roxanne Horvath. «En el mes de agosto celebramos el primer centenario del inicio de nuestras relaciones diplomáticas y muy pocas ciudades tienen el orgullo de poder decir que mantienen unas relaciones tan longevas e importantes perteneciendo a continentes tan diferentes. Es un hermanamiento que hoy nos otorga una gran proyección ante el futuro, siempre impulsada en ese gran nexo histórico en torno a la figura de Don Pedro Menéndez, que nos recuerda la importancia de nuestra realidad milenaria y ninguna otra ciudad de Asturias puede decirlo», destacó la alcaldesa avilesina.
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