Conchita, el viernes en su despedida del colegio Santo Tomás. LVA

Un tierno adiós para 'la inflexible'

Tras más de cuatro décadas formando en Lengua y Francés en el Colegio Santo Tomás, Conchita Álvarez se jubila arropada por varias generaciones de alumnos

Borja Pino

Avilés

Martes, 27 de diciembre 2022, 01:18

Llega un momento, por emplear el siempre socorrido símil del boxeo, en que todo profesional ha de afrontar el paso del tiempo, colgar sus guantes y dejar el ring a los nuevos 'púgiles'. La vida de María Concepción Álvarez Juan nada tiene que ver con ... ese deporte, pero tras más de cuatro décadas dedicada a la docencia en el Colegio Santo Tomás, también para ella es hora de jubilarse.El pasado jueves esta veterana profesora, apodada 'la inflexible' por generaciones de alumnos, llegó a la jubilación arropada por un cariño tan sincero como inesperado, y materializado en una despedida colectiva que aún hoy hace que se le salten las lágrimas.

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«Me voy súper orgullosa de lo que he hecho; cansada, pero satisfecha», reconoce Álvarez, conocida como Conchita por generaciones enteras de estudiantes. Y lo cierto es que esa satisfacción no es para menos. En los años transcurridos desde que llegó al centro en 1979, esta hija de Villabona, nacida en 1958 y que reside actualmente en Santa Eulalia de Nembro, en Gozón, ha consagrado su vida no solo a a educar, sino también a ayudar a quienes han estado bajo su tutela.

«Empecé dando Lengua y Francés a los más pequeños, pero luego me especialicé en Audición y Lenguaje para Secundaria, y gracias a ello han pasado por mis manos un montón de chicos con dislexia, con problemas auditivos...», relata, sonriendo al pensar en lo paradójico que es que se haya dedicado a la enseñanza. Y es que Álvarez fue «una niña muy traviesa; siempre me estaba metiendo en todos los líos en el pueblo. Hasta que me fijé en mi tía, que era maestra, y decidí que quería ser como ella».

Esta experiencia de 43 años la ha convencido de que «los jóvenes, contra lo que se dice a veces, han cambiado a mejor en todos los sentidos, aunque ahora den más la lata». Pero también de que el sistema educativo español «necesita una ley definitiva y eficaz, y pronto; no es sano que cambien con cada nuevo ministro». No obstante, todo eso forma parte del pasado; ahora su objetivo es disfrutar de su gran afición, la lectura; de su marido, José Vicente García; de sus perras 'Luna' y 'Laika', y de su gata, 'Bolita'.

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