«Las tendencias en moda están todas inventadas»

Su idilio con la moda comenzó desde muy pequeñito, cuando sus padres le castigaban con quitarle el papel y el lápiz con los que diseñaba y aunque él dudo con los estudios que iba a realizar, su familia lo tuvo claro: moda. «Quería ser el próximo Galiano y vivir en París, pero las cosas no siempre salen como quieres y te llevan por otros caminos, pero estoy muy contento con ellos», confesó Batuecas, que recordó como en cuatro días su vida dio un gran giro y le llevó de Santiago a Londres, pasando por Madrid.

«Estudiar en Londres fue muy duro, sabía a lo que iba, pero noté mucha diferencia», explicó el diseñador y estilista, que reconoce que él mismo se auto exigía lo mejor. Tras los estudios tuvo su primera oportunidad con el proyecto fin de máster. «Fue una experiencia en la que aprendí mucho, había creado algo que alguien se iba a poner. Eso me preparo para mi trabajo con clientes reales», comentó.

Desde su salida del Instituto Marangoni ha dado forma a su currículum laboral y vital, que le ha llevado a trabajar con diseñadores como Erdem, de quien aprendió sofisticación, o con David Koma, que «me recordó por qué quería trabajar en moda». No es una industria fácil y a la escala a la que él trabaja menos, por eso Batuecas ha cumplido a rajatabla la máxima de «renovarse o morir».

Recuerda como en uno de sus primeros días de trabajo estuvo «cosiendo una falda de cuero para Beyonce, desde las diez de la mañana a las dos de la madrugada». Después llegó Burberry, firma con la que estuvo cuatro años y en la que empezó de vendedor para después formar al personal y a los directivos. Eso le abrió las puertas del que sería uno de sus últimos trabajos Net-A-Porter, donde llevaba las ciudades de Londres, Hong Kong y Nueva York. «Fue una experiencia dura psicológicamente por toda la gente que tienes que manejar, muchos, grandes personalidades», reconoció Batuecas.

Ahí llegó Victoria Beckham a su vida, de la que insiste, «solo tengo para ella palabras buenas, no tomamos café pero hemos trabajado juntos un par de veces. Es muy elegante y divertida». De Net-A-Porter dio un salto a la firma italiana Zegna, líder de la moda masculina. «Los hombres son más fáciles de llevar, es un mundo completamente diferente», explicó el diseñador, que cuando aceptó el puesto de trabajo sabía que «era un todo o nada, si no funcionas te vas y de momento me quedo».

En la charla con la coordinadora del Aula de Cultura, Mercedes de Soignie, también analizó muchos temas relacionados con la moda, como el auge de los influencers. «Ayudan mucho a las empresas desde el punto de vista comercial, te promociona el producto. Soy de los que cree que si algo funciona hay que mantenerlo», recalcó.

En cuanto a las tendencias, también lo tiene claro, «ya están todas inventadas. Es algo cíclico, por eso tienes que ser muy rápido en la oferta que haces al cliente porque en dos días está en las cadenas comerciales». Aunque en su momento soñaba con crear su propia firma, ahora ha pasado a un segundo plano, « estoy muy cómodo en el mundo empresarial», confesó.