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Los estragos que causó el temporal sorprendieron a los vecinos y a los propios afectados que vieron sus coches aplastados por las ramas.

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Los estragos que causó el temporal sorprendieron a los vecinos y a los propios afectados que vieron sus coches aplastados por las ramas.

«Es una desgracia, pero podía haber sido peor»

Varios afectados eran turistas que vieron interrumpido su puente festivo y tuvieron que volver a sus casas en coches de sustitución | Los propietarios de los coches atrapados bajo un árbol en El Muelle lamentan los daños ocasionados

ALEJANDRO L. JAMBRINA

AVILÉS.

Lunes, 4 de noviembre 2019, 02:35

Sin duda, una de las zonas que más se vio afectada por las fuertes rachas de viento que azotaron el centro de la ciudad durante toda la noche del sábado al domingo fue el Parque del Muelle. En torno a las dos de la madrugada, el viento arrancó de cuajo dos árboles de grandes dimensiones que cayeron a plomo sobre cuatro vehículos que estaban aparcados a la altura del número 36 de la calle La Muralla. Los destrozos fueron considerables y los turismos sufrieron daños que sus dueños aún no han podido cuantificar.

Uno de estos afectados por el temporal es Jorge Blanca, un turista de Pontevedra que pasaba el fin de semana en Avilés con unos amigos. El árbol de mayor tamaño que se desprendió la pasada noche en la calle La Muralla dejó sepultado su Nissan Primera de color gris que tiene desde hace catorce años. «Sin duda, esto ha sido una desgracia, pero podía haber sido algo peor y lo que no entendemos es cómo los bomberos no han acudido a primera hora a retirar los árboles para poder cuantificar los daños», lamentaba Jorge Blanca ayer, mientras intentaba abrir la puerta de su vehículo para recuperar su documentación. «Si está en buenas condiciones de mecánica y los del seguro me dejan, le pongo un plástico en los cristales y me voy con él en cuanto pueda», añadía abatido.

La misma mala suerte le tocó al coche de al lado, un Ford Focus propiedad de Manuel Vargas y Mari Mar Lázaro, un matrimonio de Irún que también estaban de paso por la ciudad. «Nos levantamos temprano para coger el coche y marcharnos a Irún y cual fue la sorpresa al encontrarnos con esto», comentaban mientras le hacían fotos a su vehículo aplastado. «Es cierto que nos ha fastidiado el viaje», aseguraban estos turistas.

Quien lo vio todo desde su ventana fue Juan Manuel Vicente, un vecino que reside en el primer piso del edificio que hay justo delante del lugar donde se produjo el desagradable incidente. «Serían las dos y pico de la mañana cuando mi perro empezó a ladrar como un loco. Me levanté, abrí la ventana y presencié como el árbol se caía de repente sobre los coches», recuerda este vecino. Uno de ellos también era el suyo. Además, añade, «una de mis ventanas se reventó y se hizo añicos que han cubierto la acera de cristales». Lo que no tiene claro es si fue a causa del viento o de una rama que golpeó la fachada. Juan Manuel Vicente podía haberse quedado en casa resguardado del temporal, pero decidió bajar a la calle a ayudar en lo que podía. «El parque estaba lleno de chavalas que estaban de fiesta y botellón, por lo que decidí bajar a alertarles para que no se expusiesen a otra rama», relata.

Un viaje accidentado

A causa de estos incidentes y para prevenir más posibles desprendimientos de ramas, el parque de El Muelle permaneció durante toda la jornada precintado por un cordón policial. Los bomberos acudieron a retirar los árboles que sepultaban los vehículos en torno a la una de la tarde. Media hora más tarde ya estaban liberados y pudieron ser revisados por sus dueños y los responsables de sus respectivos seguros. «Teníamos esperanza en que estuviese en condiciones de circular, pero al tener las lunas y las luces rotas, el seguro nos pagó un taxi hasta el aeropuerto y después nos facilitó un coche de sustitución para viajar hasta Galicia», comentaba Jorge Blanca a última hora de la tarde de ayer. «El mayor problema es que al tratarse de un incidente a 300 kilómetros de casa, hasta dentro de unos cuantos días no recuperaremos nuestro vehículo», lamentaba este turista afectado por el imponente vendaval que sacudió la región.

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