Sólo se podrá circular a 50 kilómetros por hora en una quincena de calles de Avilés a partir de mayo

Desde ese día, el límite de velocidad establecido en la nueva normativa de la Dirección General de Tráfico (DGT) en vías urbanas será de: 20 kilómetros por hora, en vías que dispongan de plataforma única de calzada y acera; de 30, en calles de un único carril por sentido de circulación; y de 50, en vías de dos o más carriles por sentido de circulación.

A estos efectos, según indica la nueva normativa, los carriles reservados para la circulación de determinados usuarios o uso exclusivo de transporte público no serán contabilizados. Las velocidades genéricas establecidas podrán ser rebajadas previa señalización específica, por el Ayuntamiento, que, excepcionalmente, podrá aumentar la velocidad en vías de un único carril por sentido hasta una velocidad máxima de 50 kilómetros por hora, previa señalización específica. Al respecto, fuentes del gobierno municipal aseguraron a este periódico que ahora mismo ir a más de lo que marque la genérica con la nueva normativa «no es una prioridad».

En las vías urbanas de dos o más carriles por sentido de circulación y en travesías, los vehículos que transporten mercancías peligrosas circularán como máximo a 40 kilómetros por hora.

En el caso de Avilés, uno de los cambios más notables se experimentará en lo que se conoce como calles con una plataforma única de calzada y acera. Es decir, aquellas en las que vehículos y peatones están al mismo nivel. Por ejemplo, en las zonas peatonales del casco histórico, donde hasta ahora el límite de velocidad era de 40 kilómetros por hora, cifra que se reducirá a la mitad (20) desde el próximo mes de mayo.

Pero hay otro tipo de calles con esas características que están ganando protagonismo en la ciudad. Las últimas obras de reurbanización del centro de la ciudad apuestan por las restricciones de tráfico y la convivencia entre coches autorizados y peatones. Así, en zonas como las calles de La Muralla o Emile Robín el límite máximo para circular en vehículo también será de 20 kilómetros por hora. En Emile Robín las señales instaladas a su inicio ya lo advierten.

El límite genérico en vías urbanas con un único carril por sentido de circulación será de 30 kilómetros por hora, tenga o no ciclovía. En algunas de esas calles de Avilés de doble carril por cada sentido de circulación ya se ha limitado la velocidad a 30 kilómetros por hora en un carril para promover la convivencia con las bicicletas. Es el caso, por ejemplo, de Severo Ochoa, Juan Ochoa o la avenida de San Agustín. Siempre que haya un ciclocarril en vías urbanas con dos carriles por sentido, el que da prioridad a los ciclistas estará limitado para los vehículos a 30 kilómetros por hora y el otro u otros, si hay más de dos, seguirán limitados a 50.

El Ayuntamiento de Avilés lleva unos años preparando la ciudad para los cambios legislativos en este sentido. Los espacios urbanos nuevos en el centro son principalmente para peatones, que tendrán cada vez más protagonismo frente a los vehículos, al igual que otros medios alternativos de transporte como las bicicletas.

En este sentido, también se han ensayado los carriles de convivencia con vehículos con los límites de 30 kilómetros por hora. Esa cifra y esa limitación serán también la tendencia dentro de las rondas interiores que dibuja el nuevo Plan de Movilidad de Avilés.

En cuanto a la señalización de los cambios, según indica la Dirección General de Tráfico, los ayuntamientos no están obligados a hacerlo, ya que se establecen como límites genéricos que son de obligado cumplimiento por parte de los conductores.

Los motivos que llevaron a la DGT a implantar esta medida han sido, en primer lugar, la demanda de los ayuntamientos para tener un paraguas legal normativo y poder aplicar los 30 km/h. en sus localidades. Además, según la estadística, en 2019, los fallecidos en accidente de tráfico en las ciudades aumentaron un 6%, mientras que en las vías interurbanas se redujeron un 6%. El 82% de los fallecidos en ciudades en 2019 fueron usuarios vulnerables, es decir, peatones, ciclistas y motoristas.

Tráfico considera en base a estudios técnicos que bajar el límite de velocidad en el casco urbano reduce un 80% el riesgo de fallecer como consecuencia de un atropello. «Si la velocidad del vehículo que impacta es de 30 km/h. el riesgo es de un 10%; si es de 50 km/h, ese riesgo de fallecimiento se eleva al 90%». Además, se reduce a la mitad la distancia que se necesita para detener el vehículo al pasar de 50 km/h. a 30 km/h.

Por otro lado, las experiencias existentes de zonas 30 en ciudades demuestran el efecto positivo sobre la siniestralidad, «con reducciones de los accidentes que han llegado a superar el 40%», defiende la DGT para la implantación de las nuevas limitaciones.

Por último, se reduce a la mitad el ruido ambiental, según el informe de recomendaciones del grupo de expertos académicos para la tercera conferencia ministerial global de seguridad vial.