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YOLANDA DE LUIS
AVILÉS.
Lunes, 4 de enero 2021, 01:07
Tras la conclusión a finales de noviembre del plazo que Sepides concedió a las empresas para presentar su oferta para hacerse con el contrato de ... demolición de las baterías de cok, la mesa de contratación se ha reunido en dos ocasiones para analizar las tres ofertas que se han presentado por parte de la empresa Eiffage Infraestructuras, la unión de Lezama Demoliciones y la Constructora Los Álamos, y la unión de Duro Felguera y Construcciones y Excavaciones Erriberri. El proceso sigue en marcha y se espera que entre finales de este mes de enero y primeros días de febrero se haya podido producir la adjudicación.
De momento la mesa de contratación ha mantenido dos reuniones. Tras la primera pidió a varias de las empresas que subsanasen algunos errores en la documentación y en la segunda reunión se analizó esa información concluyendo, tras contar con un informe jurídico, que Duro Felguera no puede continuar en el proceso por un problema con su clasificación, dando la opción a la empresa que concurre con ella a continuar en el proceso.
La tramitación de este contrato, valorado en 15,6 millones de euros, se realiza paralelamente a la tramitación ambiental de la modificación del plan general en esta zona. El plazo para la presentación de sugerencias a esta propuesta de intervención concluye hoy mismo. De momento, se conoce solo la que ha planteado el Ayuntamiento en sentido positivo.
En la demolición de las baterías de cok, según una primera aproximación que maneja la sociedad estatal, se gestionarán un total de 51.857,8 toneladas de residuos, de los que 35.966 podrán ser vendidos por la empresa que se lleve este contrato. La mayor parte (25.417 toneladas) será chatarra férrica. Se calcula que la enajenación de ese 70% de los residuos puede suponer unos ingresos mínimos de 7.154.022 euros más el IVA.
Sepides ha licitado este contrato pensando en la demolición de todos los elementos que componen en conjunto industrial en distintas fases. No obstante, en este tiempo ya se ha conocido que al menos uno de los gasómetros se salvará de la piqueta y posiblemente el edificio de almacenes generales. Además, la primera empresa que opera ya en la zona, Química del Nalón, también estudia mantener en pie algunas de las edificaciones que se encuentran en su parcela.
La demolición se ejecutará por fases. En una primera, denominada fase cero y previa incluso a contar con el proyecto final, la empresa adjudicataria retirará toda la maquinaria y material como carbón o cok dispersos por la instalación. En la fase uno ya se intervendría sobre las instalaciones y para ello la empresa, según recoge el pliego de la licitación, dispondrá de un mes para redactar un proyecto específico y uno más para conseguir licencia de obra. En ese segundo momento de la obra se actuará sobre los elementos del entramado de baterías de cok que suponen un potencial foco de contaminación de aguas y suelos (tanques y fábrica de benzol, de alquitrán, carga de camiones y depósito de purgas, el de sulfúrico y sosa, los slops de depósitos en las zonas de condensación, la red de gas de cok y la red de vapor. En la segunda fase ya se acometería el derribo del grueso de la instalación.
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