La seguridad de los alumnos de infantil deja huella en el colegio Marcelo Gago

Mike Wazowski y James Sullivan, de 'Monstruos, S. A.'; Bob Esponja, de la serie homónima; Doraemon y Totoro, los archiconocidos 'minions'... El abanico de criaturas es amplio, y cada una de ellas ocupa una de las 32 huelas, fijadas a una distancia de dos metros entre sí, y que abarcan tanto el trayecto de entrada como el de salida de los pasillos. Fabricadas en vinilo laminado, han sido diseñadas para evitar que los niños resbalen o las arranquen al caminar sobre ellas.

Tras la idea se encuentra la mente de María Sánchez, madre de dos alumnos del centro, quien, ante la inminente apertura del curso escolar el próximo 22 de este mes, decidió aportar un poco de alegría a los momentos de incertidumbre presentes. «Me pareció algo divertido, diferente y que tampoco requería de mucho esfuerzo», explica. Su propuesta recibió el visto bueno tanto del resto de padres como del equipo directivo. Así lo señala el director del centro, Javier Sarasola, ilusionado ante la perspectiva de que «va a ser una sorpresa para los chavales; no se esperan esto, y creo que les va a encantar. Los indicadores que nos dio el Ayuntamiento están bien, pero son tan aburridos...».

Más allá de su efecto sobre los pequeños, iniciativas como la de Sánchez pretenden amenizar un retorno a las aulas marcado, eso sí, más por la incertidumbre que por el miedo. «Personalmente, sé que mis hijos van a estar seguros en el colegio; me inquieta lo que sus compañeros puedan hacer y contraer fuera de las aulas, el resto del día, pero el centro es un espacio a salvo», apunta.

No en vano, desde el pasado mayo el cuerpo directivo y docente del Marcelo Gago, como los del resto de colegios, han implementado las medidas de seguridad exigidas por el Principado. Es eso lo que permite a Sánchez y a sus compañeras estar tranquilas, aunque «se palpa cierta incertidumbre ante la posibilidad de que, si hay casos, vuelvan a cerrar el centro. Muchas madres temen esa posibilidad».