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C. DEL RÍO
AVILÉS.
Miércoles, 15 de diciembre 2021, 02:45
Santi Rodríguez, el divertido frutero de '7 Vidas', descuelga el teléfono en un descanso de la grabación de un programa especial de Navidad para Telemadrid del que se tomará un descanso el viernes 17 para venir a Avilés con su espectáculo 'Espíritu', en el que ... se sitúa en el más allá para reflexionar sobre el más acá. Se reencontrará con una ciudad que no visita desde que en 1993 actuó en una función en el teatro Palacio Valdés. Ahora el auditorio será el Centro Niemeyer y está encantado.
-¿Cómo surge 'Espíritu'?
-Es la evolución de mi anterior espectáculo 'Infarto', que era un monólogo estándar totalmente basado en hechos reales, en el que contaba en clave de humor que estuve a punto de palmar. En este voy un paso más allá y me planteo que ya he palmado. Sin hacer mucho 'spoiler', es la historia de una persona que ha fallecido, pero no lo sabe y se cuenta todo lo que le va pasando. Si buscáramos una moraleja, podría decirse que los vivos tenemos miedo de los muertos cuando deberían ser los muertos los que nos tuvieran miedo a los vivos.
-¿Tan malos somos?
-No es que seamos malos, pero en la función reflexiono sobre cómo desperdiciamos el tiempo, nos comportamos de manera absurda y nos preocupamos de tonterías en vez de disfrutar de la vida. Sí es cierto que en este espectáculo hay un añadido que no tenían otros porque hay un momento emotivo al final, en el que el público se sobrecoge. Es una reflexión sobre la muerte y, en el momento actual en el que estamos, que quien más y quien menos, ha perdido a alguien cercano, es una mezcla muy potente.
-Ahora que lo menciona, ¿Cómo está pasando esta pandemia?
-Perdí a mi padre el 21 de octubre del año pasado, así que esta obra no deja de ser un pequeño homenaje a toda la gente que se nos ha ido.
-Así que no querrá usted ni oír hablar de negacionistas, ¿no?
-Me gustaría que me explicaran de qué ha muerto mi padre porque no llego a comprender su posición. He llegado a la conclusión de que tienen su verdad y no los vas a sacar de ahí, así que ni lo intento. En la vida hay muchas cosas para disfrutar y recapacitar como para pararte a intentar convencer a alguien que no está dispuesto a escuchar y reflexionar.
-En esos trances difíciles de la vida, ¿Qué herramientas son útiles?
-Ayuda un poquito todo. En temas como la muerte, creo que hay gente que no es creyente y también imagina que hay algo más. No he hablado mucho con la gente sobre esto, pero a mí me sirve pensar que esto no se acaba aquí y actúo en consecuencia. Creo que hay algo más después de morir. Sin ninguna duda. Como he tenido varios problemas de salud, he tenido experiencias que me demuestran que esto no se acaba aquí. Este cúmulo de cosas van modelando tu forma de pensar, pensar y actuar con los demás. Hay que darse cuenta de que no somos imprescindibles ni el centro del mundo.
-Hay que hilar fino para hacer reír hablando de estos temas...
-Como ya di el paso previo al hablar en clave de humor de algo tan peliagudo como el infarto, contando mi experiencia, ya tengo un trecho recorrido. De todas formas, cuando haces humor no te ríes de la gente que tiene un infarto, sino que bromeas a partir de ello. Todo lo que conté entonces fue verdad, me pasó, y a la gente le cuesta trabajo creérselo. Hablo de la muerte desde el respeto, porque yo siempre hago un humor blanco. Trato de remover un poquito las conciencias, pero sin molestar.
-Si en 'Infarto' estaba en el borde entre la vida y la muerte y en 'Espíritu' está ya muerto. ¿Qué va a ser lo siguiente?
-(Risas). Ya no sé lo que me queda ya porque estoy hablando desde la experiencia. Yo he aprendido mucho de todo lo que he ido viviendo o sufriendo. Siempre te queda un poso. El ser humano suele tener una memoria muy corta, memoria de pez, con todo mi respeto a los peces, que a veces son más listos. No aprendemos todo lo que podemos de las experiencias. La prueba es que se levanta el confinamiento y actuamos como si no hubiera pasado nada. Se decía que íbamos a salir mejor y yo creo que hemos salido peor.
-¿Es la risa la mejor medicina?
-Yo soy el ejemplo vivo más claro de eso. Con sentido del humor y optimismo se sobrellevan mejor las cosas.
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