Renfe prueba el Alvia en la estación de Avilés con la obra de ampliación del andén finalizada

Más allá de la promesa de iniciar el servicio ferroviario de alta velocidad entre Asturias y la meseta por la variante de Pajares en noviembre, no hay una fecha concreta para su entrada en funcionamiento ni una planificación cerrada de las frecuencias y horarios que podría tener esta futura conexión. Sin embargo, Avilés ya está preparada para poder acoger trenes de larga distancia. La obra de ampliación del andén, necesaria debido a que los trenes de larga distancia son más largos que los de cercanías que paran habitualmente en la estación avilesina, ya han prácticamente finalizado. De hecho, Renfe desplazó anteanoche un tren Alvia para hacer pruebas con el resultado y poder calcular posiciones y otras variables de manera fidedigna.

Los trabajos para ampliar en andén comenzaron a mediados del pasado mes de julio y han cumplido con la previsión temporal, que era de seis semanas. Todo ha sido muy rápido. Desde que el Principado anunciase en mayo sus negociaciones con Renfe para duplicar las plazas entre Asturias y Madrid cuando comenzase a circular a la alta velocidad, además de una conexión diaria entre la capital de España y Avilés tan solo han transcurrido cuatro meses. Pocos días después de ese anuncio técnicos de Renfe, acompañados de responsables municipales se desplazaron hasta la estación de Avilés para comprobar las necesidades de la infraestructura y concluyeron que la única era la extensión del andén.

La obra tardó pocas semanas en ponerse en marcha, ya que se incluyó dentro de un contrato marco de Renfe de mejora de andenes, por lo que no fue necesario realizar un nuevo proceso de licitación, que hubiera demorado los plazos.

La ampliación del andén era la única condición para que pueda llegar la alta velocidad, ya que el futuro tren que use el nombre comercial AVE, sea un Alvia, como el que anteanoche se utilizó para realizar las pruebas, o un Talgo Avril, puede circular sin problemas por la actual infraestructura ferroviaria, aunque con limitaciones de velocidad. Se decidió hacer la obra hacia el centro de la ciudad, hacia el paso de Larrañaga, y el resultado ya es evidente: los trenes que circulan por las líneas de alta velocidad pueden llegar a Avilés, aunque lo hagan en todo el tramo desde Pola de Lena a una velocidad reducida, y los pasajeros podrán bajarse cómodamente de sus vagones.

Ahora solo resta cerrar la parte comercial. Es decir, que Renfe atienda a las demandas del Principado no solo incremente las plazas entre Asturias y Madrid, sino que incluya la estación de Avilés entre los destinos desde la capital, permitiendo que alguna frecuencia conecta ambas ciudades de firma directa y sin transbordos, lo que supondría toda una ventaja para los viajeros, lo mismo para los de negocios que para los turistas. Y, sobre todo, que la promesa de poner en marcha la variante de Pajares en noviembre se cumpla.