El relleno de la ría entre los muelles de Valliniello y Arcelor habilitará 27.000 metros cuadrados

El inicio del proyecto es una consecuencia directa del plan de expansión de la Autoridad Portuaria de Avilés presentado el mes de abril y donde se concretan las necesidades de superficie para asegurar los tráficos portuarios. El análisis destaca que la mayor parte de los movimientos se vinculan a las empresas de su zona de influencia y en la medida que se responda a sus necesidades de superficie, las compañías podrán ser competitivas y, de esta manera, se mantendrán la pujanza comercial.

En sus conclusiones, el estudio asegura que necesita veinte hectáreas de superficie para mantener la competitividad de las empresas. De ahí que la importancia de este suelo, ya que busca generar actividad económica para alimentar los tráficos portuarios.

En este círculo virtuoso, el relleno de la superficie comprendida entre los muelles de Arcelor y Valliniello generará 27.000 metros cuadrados más de área logística. Esta zona es una de las que necesita más superficie.

Según el plan de expansión, en los muelles de Valliniello, se deben generar 115.250 metros cuadrados principalmente para atender a las necesidades de las empresas del sector de las energías renovables, aunque otras empresas, como es el caso de Fertiberia, ya han indicado que necesitan acceso a muelles con más calado y también unos terminales de los que no disponen en la actualidad para lograr la máxima eficiencia en el movimiento de sus abonos.

A pesar de la necesidad, la obra no se hará de manera inmediata. Y es que hasta el próximo 23 de junio no termina el plazo de presentación de las ofertas a un concurso que tiene una licitación de 183.874,22 euros, impuestos incluidos. Una vez que se adjudique, el plazo de presentar del estudio es de siete meses y medio con lo que, en el escenario más favorable posible, el documento se recibirá en el segundo semestre del próximo año.

A partir de ahí, el siguiente paso de la Autoridad Portuaria será preparar la licitación del concurso para las obras. Es decir, hablamos que, como mínimo, los trabajos no podrían empezar hasta 2025. El margen temporal facilita margen para que la Autoridad Portuaria resuelva con tranquilidad las concesiones que existen en la zona, una escuela de vela y talleres de IPSA.

El informe final deberá detallar las características del fondo donde se realizará el relleno, la situación de los servicios afectados por la obra y las características de los posibles dragados en la zona. Con todo, el estudio no se limita a un relleno para generar una explanada para el acopio de materiales, también se abren las puertas a la creación de una mayor línea de atraque, con un calado de doce metros, dos más que en los muelles de ArcelorMittal, cuya concesión también se encuentra próxima a vencer.

De ahí que el informe deba tener en cuenta las dos grandes técnicas para la construcción de muelles: tablestacas o pilotes, pensando en la futura construcción de la línea de atraque.

La consultora contratada no sólo deberá realizar un estudio de las características de la zona de relleno, también tendrá que analizar todos los servicios afectados y comprobar el estado de los muelles existentes y dónde irá a morir el relleno y el futuro muelle. La unión de ambos estudios también facilita una coordinación de los trabajos. Toda vez que el futuro muelle irá unido a la explanada de acopio, es lógico que en su diseño se tengan en cuenta las perspectivas futuras para evitar problemas. Más aún cuando todo el desarrollo portuario apunta a que se quiera aprovechar ese espacio como nueva zona de atraque. Y demanda existe de sobra.

Así, en la presentación del plan de expansión, los responsables de Fertiberia ya avanzaron que necesitaban más calado para sus atraques. Actualmente, la empresa de fertilizantes utiliza los muelles de ArcelorMittal, con un calado de diez metros. Lo mínimo que plantea son doce metros para atender las posibilidades de exportación de sus abonos, pero también del amoniaco verde que comenzará a producir una vez que culmine su actual plan de ampliación y modernización con la incorporación del hidrógeno para producir con cero emisiones contaminantes.

Además, la futura ubicación tiene otra ventaja como es su proximidad con la terminal de amoníaco de Fertiberia, por lo que la inversión para la prolongación sería más pequeña que si se optase por otros puntos más distantes. La generación de esa superficie tiene un gran valor para el puerto de Avilés que ha empezado con la máxima celeridad a buscar soluciones a las necesidades detectadas en el plan estratégico.

Con estos 27.000 metros cuadrados en previsión, puede abordar con más margen procesos como los que tiene en marcha de reordenar la concesión de los muelles de ArcelorMittal y que vence el próximo mes de diciembre.

La Autoridad Portuaria y la empresa siderúrgica llevan varios meses de diálogo sobre el futuro uso del muelle de ArcelorMittal. La nueva concesión supondrá un cambio radical, toda vez que la multinacional verá reducida su superficie, además de tener que compartirla con otras empresas, algo que ya sucede en la actualidad. En ese entorno se pueden generar hasta once hectáreas de superficie, lo que representa una oportunidad que la Autoridad Portuaria quiere aprovechar.

Más aún en un momento en el que la compañía insiste en que necesita suelo para sus actividades. En este contexto, contar en las inmediaciones de esa zona con 27.000 metros cuadrados más de suelo es una gran ventaja para la planificación de los usos.

Más aún cuando en esa zona, el puerto no para de generar suelo para atender las necesidades de acopio, especialmente altas en el sector de energías renovables. Así hizo, por ejemplo, cuando construyó el nuevo edificio de servicios en los muelles de Valliniello y que, actualmente, ocupa Windar en régimen de concesión. Como se recordará, la construcción sustituyó a las naves prefabricadas que, hasta ese momento, servían de vestuario y de oficinas y que se encontraban próximas a la línea de atraque.

A la hora de construir el edifico, éste se ubicó en una esquina del muelle de Valliniello, pegado a la zona que se quiere rellenar. De esta manera, se aprovechaba mejor la superficie. De igual manera, se trabaja en el antiguo Parque de Lobos y los terrenos de Edersa para generar más espacio.

El sector de las energías demanda mucho espacio. En ocasiones, la fabricación de las grandes piezas debe terminase a pie de puerto, lo que genera esa superficie. En ese sentido, la disposición de la Autoridad Portuaria de Avilés ha facilitado que las empresas avilesinas logren un liderazgo mundial en las energías renovables, como es Windar, o las grandes piezas metalmecánicas, como es el caso de Idesa o Asturfeito.