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ALBERTO SANTOS
AVILÉS.
Jueves, 30 de enero 2020, 00:59
Entre febrero y marzo de 2020 era el plazo que se había fijado la Autoridad Portuaria de Avilés para analizar los efectos de los temporales de invierno en el calado del canal de entrada de la ría. Por tanto, en cuestión de semanas se volverá ... a comprobar la situación de la zona de maniobra de entrada de buques para saber si hay que acometer un dragado de emergencia. Así que el tiempo apremia sin que se haya alcanzado una solución a las condiciones impuestas por el Ministerio de Transición Ecológica en el estudio de impacto ambiental.
Con el gobierno ya conformado en Madrid, las esperanzas ahora se centran en que el Consejo de Ministros atienda la petición del Puerto de Avilés, a través de Puertos del Estado, y se fijen los criterios que regirán los dragados en la ría en el futuro. Por eso desde la Autoridad Portuaria se considera urgente que se retomen los contactos con la Dirección General de Biodiversidad sobre la base de los avances alcanzados el año pasado, que corregían algunas de las cuestiones de la declaración de impacto ambiental del dragrado del canal de entrada a la ría, que eran más lesivos para Avilés y que podían poner en peligro la operatividad del puerto local.
El deseo de la Autoridad Portuaria es que todos los actores -Puertos del Estado, Consejería de Infraestructuras, Ministerio para la Transición Ecológica y Consejo de Ministros- se involucren en la resolución de la discrepancia para encontrar en el menor tiempo posible una solución fácil que permita el dragado del canal de entrada de la ría de Avilés sin que se vulnere y altere el equilibrio de la playa de Salinas.
El Puerto acepta asumir sus obligaciones en las tareas de mayores exigencias medioambientales, pero sin que eso ponga en riesgo su viabilidad económica.
El texto de acuerdo que habían avanzado las partes en conflicto el año pasado incluía algunos aspectos como la modificación de los apartados que hacían referencia a las condiciones meteorológicas en las que no se podía efectuar ese dragado. Una petición formulada por la Autoridad Portuaria, puesto que el planteamiento hacía prácticamente imposible realizar estos trabajos en el estuario.
Con la redacción dada por la Dirección General de Biodiversidad se establecía que, si se daban determinadas condiciones de viento tanto en la salida del canal como ría adentro o de mareas no podría trabajarse, pero esas situaciones son muy habituales en la ría y dejaban muy pocos días en el año en los que se pudiera proceder al dragado. El nuevo texto corregido indicaba que deben darse condiciones muy concretas de viento, estado de la marea y altura de las olas para que se prohiba ejecutar esos trabajos.
No obstante, la discrepancia sigue vigente en los despachos del Ministerio de Fomento, que es quien analiza las alegaciones tras recibir el correspondiente escrito de Puertos del Estado y, por tanto, quien defiende los intereses del Puerto de Avilés. Ahí se incluye la explicación por la que se cree que no es viable para el futuro de las instalaciones aceptar las condiciones de dragado impuestas en el estudio de impacto ambiental por el organismo dependiente del Ministerio de Transición Ecológica.
El siguiente paso de la tramitación de la discrepancia será incluirla en lo que se conoce como índice del Consejo de Ministros. Es ahí cuando se puede calcular la fecha en la que habrá una solución definitiva. En la recta final del año pasado ese trámite estaba paralizado al encontrarse el Gobierno central en funciones, pero ahora, con la nueva legislatura en marcha, el Puerto considera que urge resolver de una vez por todas el conflicto. Se espera, además, que también se involucre el Gobierno del Principado ante la repercusión económica negativa que puede originarse la actividad del puerto de Avilés.
La Autoridad Portuaria ha manifestado desde un primer momento que está dispuesta a verter en Salinas la misma arena que extraiga en los dragados que regularmente lleva a cabo en el canal de entrada a la ría y que hasta ahora se vierte a la altura de Xagó.
Con esa fórmula el Puerto cumpliría con la obligación de reponer tanta arena como se drague en el canal de entrada de la ría avilesina, tal y como impone el Ministerio de Transición Ecológica, y evitaría al mismo tiempo el coste que supondría tener que buscarla y extraerla de un banco externo.
El informe forma parte de las alegaciones presentadas por el Puerto contra tal decisión, recogida en la declaración de impacto ambiental que regula los dragados. Cumplirla en sus actuales términos pondría en peligro la viabilidad de la actividad portuaria en Avilés, dado que en caso de tener que recurrir a bancos de arena externos, el coste de cada dragado del canal de entrada se elevaría a unos dos millones de euros.
Los dragados se realizan de forma periódica, aproximadamente cada dos años, para mantener así el calado necesario, doce metros en marea baja, y en cada uno de ellos se extrae un máximo de 48.000 metros cúbicos, once veces menos que el total aportado artificialmente a Salinas en 2004, con los resultados conocidos: unos meses después, el nivel de arena era similar al de antes del aporte artificial.
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