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YOLANDA DE LUIS
AVILÉS.
Lunes, 15 de junio 2020, 00:55
El consejo de administración de la Autoridad Portuaria estudiará el próximo martes la propuesta del presidente de la entidad, Santiago Rodríguez Vega, para modificar las condiciones de la subasta del buque ruso 'Severnaya Zemlya' después de que fracasase el intento de venta a comienzos de ... este año. Ahora se propondrá una nueva subasta, pero será para el achatarramiento de este carguero que actualmente está costando al puerto avilesino 40.000 euros al mes para mantenerlo en condiciones de seguridad atracado en el muelle de Valliniello.
La valoración de la primera subasta había sido de 3,8 millones de euros. Pensando en la posibilidad de venta de un granelero moderno, tiene diez años, de 181 metros de eslora y 15.868 toneladas de arqueo, algo que no se consiguió. La nueva valoración para destinar a chatarra el buque está por debajo de los dos millones de euros.
A pesar de la importante deuda que la propiedad del 'Severnaya' ha contraído con el puerto de Avilés en los últimos dos años, si finalmente se consigue vender el buque en la nueva subasta, los ingresos no irán directamente a las arcas de la Autoridad Portuaria, sino que tendrán que ser depositados en el juzgado de lo Mercantil de Gijón en el que se ha instruido la causa contra el armador, la empresa rusa Shipping, por impagos contraídos que han ido creciendo en este tiempo. Entre los acreedores se pueden encontrar los de los propios trabajadores, que abandonaron el barco a comienzos de este año después de llevar unos meses sin recibir dinero del armador.
El 'Servernaya Zemlya' arribó a Avilés el 17 de mayo de 2018 procedente de Riga (Letonia), con 15.760 toneladas de carbón que descargó en el muelle de Raíces. Unos días después, el juzgado de lo Mercantil dictó una orden de retención en puerto por un impago 200.000 euros de combustible en Gibraltar.
Durante meses el Puerto esperó una solución, sin que esta llegase, lo que obligó a abrir un expediente de abandono que finalizó con la subasta que quedó desierta el pasado mes de enero. En ese momento, la Autoridad Portuaria ya comenzó a estudiar la posibilidad de cambiar las condiciones para deshacerse de un barco que ya ha tenido su repercusión en las cuentas del puerto del pasado año y se prevé que las tenga también en este; sin embargo, la crisis del la pandemia del coronavirus ha retrasado la solución.
Por otro lado, en la reunión de mañana martes del consejo de administración de la Autoridad Portuaria también prevé llevar la propuesta de la mesa de contratación para el dragado del puerto en los próximos años. Aunque se firme este contrato, es posible que este año ya no se comience a ejecutar. En los meses de verano, las propias condiciones de contratación establecen que no se podrían realizar estos trabajos en el estuario para no perjudicar la temporada de baños en las playas. Si los técnicos no ven una necesidad inminente, tampoco se haría en otoño y ya se esperaría a la próxima primavera, tras los temporales del invierno.
Dos empresas optan a hacerse con este contrato valorado en casi 2,3 millones de euros. Los técnicos estiman que anualmente podría extraerse de la zona de maniobra de la ría 60.000 metros cúbicos de material como máximo (240.000 en cuatro años) y que esa arena podría ser reutilizada para depositarla cerca de la playa porque tiene las mismas condiciones físicas y químicas que el arenal.
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