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Si algo ha enseñado la historia social, a lo largo de milenios, es que, por regla general, prohibir suele ser una medida menos eficiente que enseñar. Sin embargo, cuando la necesidad apremia, a veces no queda más remedio que poner coto a determinadas prácticas. Y ... es por eso por lo que, a finales de la pasada semana, la consejería de Medio Rural concluyó el tendido de barreras en torno a las dunas de El Espartal, en Salinas, con el objetivo, si no de prohibir, sí de limitar las posibilidades de acceso de personas y mascotas a ese espacio protegido, actualmente en franco proceso de recuperación.
La actuación, con carácter urgente, ha sido fruto del plan estratégico desarrollado conjuntamente por los Gobiernos autonómico y municipal. En ese sentido, varios metros de cuerda, similar a las maromas utilizadas a bordo de los barcos, y con los tramos unidos por estacas, se han tendido por ambas caras de las dunas, la de la playa y la urbana. A mayores, se han instalado varias señales que alertan del riesgo para la diversidad que entraña acceder al lugar.
De hecho, la maroma también bloquea el acceso a una de las pasarelas de madera más cercanas al primero de los 'gauzones', ya notablemente sumergida en la arena, y que desemboca directamente en la primera duna. Paralelamente, se está acometiendo la limpieza de especies invasoras, en especial del afamado 'plumero', especialmente dañino para el sustrato de las dunas que, a la postre, es el que garantiza que la vegetación propia crezca y estabilice la arena.
A más largo plazo, en un periodo no inferior a un año, o año y medio, el Consistorio se plantea desmantelar parte de dichas pasarelas, amén de los miradores, que se encuentran en un estado de ruina como consecuencia del progresivo avance hacia el interior de las dunas. Además, se reforzará la señalización implementada por la consejería, siempre, desde luego, en la medida en que el presupuesto lo permita.
Todo ello fue expuesto por la alcaldesa, Yasmina Triguero, que el pasado jueves, con los trabajos de colocación ya avanzados, visitó El Espartal en compañía del director general de Medio Natural, David Villar, y de los concejales de Interior, Javier González, y de Obras, Iván López. Tal como la edil aseguró, la misión de las maromas, que se prolongan hasta San Juan, es «que sirvan de parapeto para disuadir a la población de que transite por allí».
A la espera de que el Principado redacte el proyecto definitivo de intervención para recuperar los ecosistemas únicos del lugar, con la vista puesta en nueve meses, para Triguero es evidente que, hasta entonces, solo el compromiso social evitará su degradación. «Tenemos que imitar la concienciación de países de nuestro entorno, como Francia, y mentalizarnos de la necesidad de conservar ese tesoro, el sistema dunar más ancho de Europa».
En ese sentido, la alcaldesa señaló que «nos han llegado noticias de alumnos de algunas de las escuelas de surf haciendo un uso muy inadecuado de las dunas. En cambio, otras hacen un gran labor, y han intervenido en la limpieza y concienciación. Es ahí hacia donde debemos de ir».
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